jueves, 31 de julio de 2008

Argentina, después de la derrota K

El Gobierno cordobés, que conduce el ahora díscolo K, Juan Schiaretti, logró aprobar una polémica reforma jubilatoria, a pesar de que se realizaron violentas y masivas manifestaciones de sindicatos estatales en los alrededores de la Legislatura mediterránea. El proyecto prevé un recorte entre 20 y 27 por ciento de las jubilaciones superiores a 5000 pesos. La justificación del gobierno provincial para la implementación del resistido ajuste es que, según denunció el propio Schiaretti reiteradamente, la Nación frenó el envío de fondos a la provincia a partir de la postura del gobernador, contraria a la de la Casa Rosada, en el conflicto con el campo. El atraso en la remisión de fondos incluye, según denuncia la administración provincial, el dinero comprometido para cubrir el déficit de las jubilaciones. Los “premios” o “castigos” con provincias amigas o enemigas no es una práctica exclusiva del kirchnerismo. Gobiernos radicales o peronistas utilizaron ciertos márgenes para potenciar o perjudicar determinados candidatos o administraciones del interior del país. Sin embargo, pocas veces se llevó hasta los extremos esta práctica, porque es verdaderamente riesgosa para la paz social, además de ser perjudicial en el largo plazo para el Gobierno Nacional. Cuando la violencia y la confrontación llegan a determinados límites, la repercusión política llega hasta la Casa Rosada. Sin embargo, a juzgar por la importante movilización y la virulencia de la protesta, esos límites parecen haberse borrado en la actualidad, como si el Gobierno Nacional estuviese decidido ha castigar con todo su poder la disidencia del gobernador Cordobés. ¿Acaso Cristina Fernández, Néstor Kirchner y todo el Gobierno están decididos a imponer su voluntad y subordinar a los díscolos cueste lo que cueste? ¿Fueron los disturbios de ayer apenas una muestra del país de los próximos meses? Esperemos que no.

martes, 29 de julio de 2008

Obsecuencia, extorsión y dádivas


La Sociedad Rural Argentina admitió que podría cancelarse la muestra anual si, como trascendió, el Gobierno Nacional decide retirar a los técnicos del Senasa del predio donde se realizará la muestra. Además algunos gobernadores decidieron o reducir la presencia de sus provincias en la exposición o, directamente, ausentarse en una clara, patética y vergonzosa muestra de obsecuencia con el Gobierno Nacional. Mientras tanto, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, enfrenta violentas protestas de los sindicatos aliados al kirchnerismo por su decisión de recortar las jubilaciones superiores a los 5 mil pesos. La medida fue tomada como consecuencia de la “demora” en el envío de fondos desde la Nación, en represalia por la posición a favor del campo por el mandatario provincial durante el conflicto por las retenciones móviles. Con esta medida extorsiva el Gobierno Nacional espera castigar la desobediencia del cordobés. Por otro lado, Cristina Kirchner anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley de movilidad previsional, que establece dos aumentos al año. Lo curioso es que este beneficio para los jubilados ya se los otorgó la Justicia en 2006 y, sin embargo, el Gobierno Nacional nunca cumplió. La jefa de Estado dijo la nueva norma permitirá "que la movilidad de los jubilados sea un derecho". En respuesta a esta afirmación, el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, advirtió que “la movilidad no es una dádiva, es un derecho constitucional de los jubilados, directamente dirigido a garantizar una vida digna de nuestros abuelos”. Así es este progresismo K, en el cual la obsecuencia y fidelidad, extorsión y justicia, o derechos y dádivas, pueden utilizarse indistintamente porque parecieran tener el mismo significado.

jueves, 24 de julio de 2008

De gallos, dinosaurios y otras yerbas


Martín Lousteau era considerado un joven economista brillante, con una destacada carrera y un gran carácter. Sin embargo, jamás fue respaldado por Néstor Kirchner de los grotescos atropellos de Guillermo Moreno. El ex presidente presenció esas disputas casi con regocijo, como el dueño de un viejo e invencible gallo de riña (Moreno), que destrozaba promisorios novatos. No se fue por ser el responsable directo de la creación de las retenciones móviles, sino porque no tuvo apoyo interno para seguir adelante. Así sucedió con muchos otros ministros o secretarios. El antecesor de Lousteau en el cargo, Miguel Peirano, se fue por la misma razón. Pero Kirchner tiene además otros gallos, menos ruidosos pero más peligrosos y poderosos. Ellos son, entre otros, Julio De Vido y Ricardo Jaime, quienes han resistido todos los escándalos y las crisis, como los casos Skanska, Valijagate o los injustificables subsidios a empresas de transporte. Hasta aquí, Alberto Fernández fue el único que buscó un poco de equilibrio de poder. Se inmoló en una disputa en la que fue privado de las herramientas (armas) para lograr una solución (victoria). Respetado o repudiado, fue quien dio la cara. El se fue y el sector más criticado del Gobierno, ese heredado por la Presidenta Cristina Fernández, seguirá. El núcleo duro K se mantiene indemne, incluso de la derrota en el Senado, porque quien más sufrió fue obviamente la Presidenta, que absurdamente se expuso en una batalla sobrevalorada. Sergio Massa es joven, emprendedor, inteligente y capaz. Sin embargo, esas características se han ido convirtiendo en una rareza entre los altos funcionarios del Gabinete Nacional. Quizás el diputado Fellner tenga razón en que Massa es una “brisa de aire fresco” para el Gobierno Nacional, pero si es así, seguro ya debe haber unos cuántos dinosaurios tratando de cerrar la ventana, y hermetizar -más aún- a la Casa Rosada.

martes, 22 de julio de 2008

Tiempo, sociedad y política


¿Por qué los Gobierno utilizan los cambios de ministros o secretarios después o en medio de alguna crisis? Simplemente porque, según las reglas de la política, ellos cumplen el rol de fusibles que la administración central decide quemar para evitar que los daños de una suba de tensión llegue al corazón del sistema, que es el Presidente de la Nación. Se renueva, se oxigena, para iniciar nuevas etapas que permitan descomprimir la situación en un sector determinado. Muchas veces esos ministros o secretarios no son apartados de la función pública, sino que simplemente son desplazados hacia otros lugares de menor exposición. Cuando se resiste el cambio, las situaciones ya tensas suelen volverse insostenibles hasta que simplemente estallan y, muchas veces, la onda expansiva afecta a quienes no deberían haber sufrido daño, en caso de haber tomado previsiones. Ayer, los trabajadores del Indec volvieron a reclamar la renuncia del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien sindican como responsable del ataque de una patota contra un local de ATE. Pero al parecer eso no sucederá, al menos por ahora. Esa estrategia, la de cerrarse sobre sí mismo fue la que dio excelentes resultados al ex Presidente Néstor Kirchner durante gran parte de su gestión, sobre todo en las primeras épocas. Pero… ¿es igual la situación nacional actual a la de 2003 o 2004? ¿Qué estaban dispuestos a tolerar los argentinos en esa época, con la desocupación por las nubes, con la economía apenas recuperándose, con la memoria fresca de los saqueos y la explosión social de 2001? La pérdida de apoyo popular en los últimos 4 meses no fue un llamado de atención suficientemente importante para, por lo menos, revisar algunos de los pasos dados hasta aquí. El kirchnerismo vive y gobierna como si el tiempo y la sociedad, fueran elementos estáticos. Evidentemente, no han logrado percibir la dinámica de los acontecimientos y ello terminará –si no lo hizo ya- por perjudicarlos gravemente.

miércoles, 16 de julio de 2008

Lanata, en el mejor momento

Jorge Lanata es el periodista más lúcido y con mayor sinceridad intelectual de este momento en la Argentina. Con su nuevo producto editorial, Crítica Digital (o Crítica Argentina), reedita el estilo que él mismo creó para el Página/12 original, no el panfleto K actual. En un artículo sobre las marchas paralelas oficialista y del Campo, y el nuevo lugar que han ocupado los antes críticos intelectuales de izquierda en la Argentina, desdramatiza y por fin, aclara algunas cosas sobre el real alcance del enfrentamiento. Antes, es aconsejable ver el video de Bombita Rodríguez, para comprender a fondo el artículo.

El País de Bombita Rodríguez


Por Jorge Lanata


Una parte de nuestro trabajo es entender lo que sucede. La otra, contarlo. Debo reconocer que no entiendo nada. No entiendo el tono apocalíptico de estos días, no entiendo la sensación de abismo, no entiendo por qué el Gobierno siente que en este aumento de retenciones se le va la vida. No entiendo el tono épico del oficialismo, que parece bajar desde la Sierra Maestra para liberar ¿a quién? Decisiones muchísimo más trascendentales en la vida argentina no han tenido ni la mitad de esta repercusión social: las leyes de impunidad, la reforma de la Constitución, las privatizaciones. Estamos discutiendo el monto de una alícuota. ¿Quién lo transformó en una cuestión de vida o muerte?

Hay un 30% de inflación, hay concentración insólita de la economía, hay uno de los funcionarios más sospechados del Gobierno a punto de renacionalizar una compañía aérea y seguimos hablando de las retenciones. El Gobierno compra voluntades, entrega aportes del Tesoro a diputados y senadores, arregla lo que sea con quien fuere para conseguir la mayoría en el Legislativo. ¿Está por repudiar los 170.000 millones de dólares de deuda externa? ¿Va a pedir que la transferencia de acciones de las empresas pague impuesto a las Ganancias? ¿Va a dejar de entregar subsidios a las empresas de transporte que brindan un pésimo servicio y se quedan con la diferencia? ¿Va a reducir el IVA y aumentar Ingresos Brutos o Bienes Personales?

¿Va a poner un impuesto a los plazos fijos, hoy exentos de impuesto a las Ganancias? No. Sólo piensa aumentar las retenciones al agro; no digo que el tema sea menor, pero... ¿por qué visto desde afuera da la impresión de que estamos discutiendo el comienzo del socialismo en la Argentina? Y si es así, ¿por qué tardamos cinco años en comenzar a hacerlo? ¿Qué parte del gobierno K va a llevarlo adelante? ¿Moyano? ¿Ishi? ¿Saadi? ¿D’Elía? He escuchado las sentencias más increíbles:

–Si el Gobierno pierde en el Senado, la estabilidad democrática está en riesgo.
¿Quién tomará el poder? ¿Darán un golpe por cinco puntos de retenciones? ¿Avanzará con las tropas el general De Angeli?
–No –dicen con ingenuidad los chicos de la Cámpora–, pero la derecha terminará fortalecida.

¿Cuál derecha? ¿La de las petroleras que apoyan a K?

¿La de las compañías testaferros que salieron a comprar empresas? ¿Las de la industria pesquera o minera? ¿Cristóbal López es un comandante sandinista? ¿Rudy Ulloa, su lugarteniente? ¿De Vido viene de trabajar en un koljos? ¿Felisa será Felisa Luxemburgo? Tuve, como todos, el mismo escozor ante la foto del campo con Barrionuevo. ¿La de Kirchner con Moyano es distinta? ¿Hay chorro bueno y chorro malo? ¿Qué tienen de distintos Reutemann y Scioli o Alperovich y De la Sota? ¿En qué momento Luis Juez, o Claudio Lozano o Víctor De Gennaro pasaron a ser parte de un complot golpista y Aldo Rico un demócrata que asesora al Frente para la Victoria en el Senado bonaerense? ¿Felipe Solá es un “traidor hijo de puta” por votar distinto? ¿Hay escrache bueno y escrache malo? Ver a Juan Cabandié, ex miembro de HIJOS, despotricar contra los escraches fue igual de desolador. También escuchar que estos escraches son violentos y los otros no. ¿Meterle el pie a Alemann o tirarle huevos a un milico eran sólo pasos de danza clásica? La lógica del escrache descansa en la idea del repudio social: es arbitraria y anónima, y muy susceptible de ser manipulada, pero es buena para todos o mala para todos. Que Kirchner sea admirado y escuchado por “intelectuales” es también una novedad. El trabajo académico e intelectual del Presidente, su aporte al mundo de las ideas, no parece haber superado la ejecución hipotecaria durante la 1.050. Ahora, sin embargo, un grupo de “intelectuales” –dentro de los cuales se encontraban muchos funcionarios del Gobierno– decide iluminarse con sus razonamientos, y le regala –como informó anteayer Página/12– una serie de aforismos. Horacio “Bombita Rodríguez” Verbitsky pareció divertirse con el juego, de modo que se nos ocurrió acercarle algunos otros:

“Si seguís con De Vido, Horacio, estás jodido.”
“El Perro con Rudy bien se lame.”
“De robo para la Corona a servir a la Reina.”
“Desde Ezeiza a Calafate Horacio banca el remate.”
“De los soldados de Perón a defender a Felisa fue HV sin cortapisas.”

Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero, personaje creado por Diego Capusotto, se ha transformado en un documental.

Acaso el humor sea la única manera de combatir al nuevo invitado que llegó para quedarse: el odio. Se discute con odio, se argumenta con odio, se pregunta con odio. Asistimos a la remake del término “gorilas”, como si el Gobierno fuera “peronista”. D’Elía llama “oligarca” a Fernando Peña y milita en un partido cuyo líder declaró, en blanco, unos cinco millones de dólares y acaba de construir un hotel en Calafate de 500 dólares por noche, eso sin hablar del gasto en carteras de Madame. El Gobierno habla de democratizar la democracia, pero espera tres meses de conflicto para llevar las retenciones al Congreso, y mientras tanto el secretario Guillermo “Poronga” Moreno trata de convencer a los golpes a los opositores (con la ayuda de su esposa y jefa de asesores). Me están contando una pelea que no es tal. Así como Kirchner supo, durante su primer gobierno, que no había nada mejor que pelearse contra enemigos imaginarios, propone ahora, en su segunda administración, abismos inexistentes.

¿Qué pasará si el Gobierno pierde en el Senado? Nada. Seguirá gobernando hasta completar su período, y ojalá le sirviera para sacudirse la soberbia que se vuelve cada día más violenta.

lunes, 14 de julio de 2008

El momento de mayor desunión


El gobierno en la plaza del Congreso y las entidades rurales en el Monumento a los Españoles encabezarán hoy los actos a favor y en contra de las retenciones móviles, en un marco de fuerte disputa por convocar a la mayor cantidad de simpatizantes e imponer sus posturas en la votación del Senado. Hoy, la Comisión de Enlace del campo resolvió diferir en una hora y media el inicio de su acto para facilitar la llegada de los grupos que viajan desde diferentes lugares del país. Así, el encuentro en contra de las retenciones comenzará a las 16.30. En tanto, el acto oficialista fue convocado para las 15 pero se espera que el ex presidente y titular del PJ, Néstor Kirchner, por ahora el único orador confirmado, comience a hablar en el escenario montado en las escalinatas del Congreso, entre las 16 y las 17. "Previo al acto, Kirchner visitará la carpa de Compromiso K, donde se preparó un salón vip y una sala de prensa", confirmó uno de los organizadores de la agrupación Compromiso K, Damián Barihoff. Según el dirigente, Kirchner "podría llegar a la carpa en cualquier momento, a partir de las 9 de la mañana" y en el acto estará acompañado "por todo el gobierno nacional", incluso, el dirigente no descartó la presencia de la presidenta Cristina Fernández al acto en el que esperan concentrar a unas "100 mil personas". Para despejar los temores de incidentes, los ruralistas se encargaron de distender el clima previo a la convocatoria. Así hoy, en Capital Federal, la Argentina mostrará que pasa el momento de mayor desunión desde el regreso de la democracia, en 1983. ¿Qué resultará de estos actos? Probablemente nada. Lo que sí quedará al descubierto será que en el momento de mayor bonanza económica desde los ochenta, una importante parte de la población ha decidido desperdiciarlo. Lo único positivo es que no habrán armas en el medio y, tarde o temprano, las urnas primero y luego la Historia, se encargarán de juzgar quien tenía razón.

domingo, 13 de julio de 2008

El árbol genealógico revolucionario


El sitio web del matutino Clarín, reveló el duro discurso del ex Presidente Néstor Kirchner, contra los representantes agropecuarios, durante una reunión con intelectuales que apoyan el proyecto K. El Presidente del Partido Justicialista dijo, del titular de Confederaciones Rurales (CRA), Mario Llambías, dijo que es "primo de (el ex ministro de Economía José Alfredo) Martínez de Hoz"; se refirió al titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, como "coronel"; habló de la mesa de enlace como "la junta de desenlace" (en evidente alusión a la Junta Militar de la dictadura) y sostuvo que hoy "el 80%" de los miembros de la Federación Agraria se dedican a la "renta sojera" y tienen intereses comunes con la Sociedad Rural, con la que históricamente estaban enfrentados. Además, sostuvo el matutino, Kirchner volvió a sostener que, a medidos de junio, el Gobierno tenía información de que querían destituir a la presidenta Cristina Fernández; intención que atribuyó al campo, grupos de derecha y algunos de los sectores que lideraban el peronismo en los '90. "¿Ustedes se imaginan qué hubiera pasado si en lugar de ser yo el presidente del PJ (Partido Justicialista) hubiera sido otro?", les preguntó a sus interlocutores. Ni la reunión, ni el tono del discurso del mandatario, ni las afirmaciones “ultra descalificadotas” sorprenden a quien a seguido paso a paso el conflicto con el campo y vio el endurecimiento del ex mandatario. Sin embargo, no dejan de preocupar. La estrategia de descalificar a cualquier disidente de la política oficial, para marginarlo y dejarlo sin posibilidades de emitir una opinión u oponerse, es una costumbre de los más oscuros y totalitarios gobiernos de la Historia, tanto nacional como mundial. Hay que tener mucho cuidado porque, hoy por hoy, no basta con defender la democracia, las instituciones y luchar por el bienestar de la Nación. Ahora también, para poder hablar, hay que tener un impecable árbol genealógico. Cualquier antecesor liberal o conservador, puede ser razón suficiente para quedar descalificado para opinar de política. Desde ese punto de vista, Ernesto “Che” Guevara debió haber aceptado su “destino oligárquico”, en vez de traicionar a su clase y ponerse a liberar a pueblos oprimidos.

viernes, 11 de julio de 2008

La verdadera esencia de la política K


En una columna publicada en el matutino Crítica de la Argentina, el economista y diputado Claudio Lozano afirma: “Guillermo Moreno estuvo en el Congreso defendiendo la famosa resolución 125. Afirmó, lo cual es absolutamente compartible, que las retenciones son un mecanismo que sirve para desacoplar los precios internos de los internacionales. Lo que no explicó, es porqué razón durante el 2007, aún con retenciones, los precios de los alimentos crecieron un 34%. La cuestión es clara. En el dispositivo Moreno (dispositivo cuestionado por el conflicto agropecuario) la estrategia ha sido pisar el precio de las materias primas (vía retenciones) para luego, con subsidios o regulaciones, terminar beneficiando a los principales frigoríficos, a los molineros, a los exportadores, a la industria de la alimentación, o a los hipermercados. Regulación que por ende termina postergando al productor y al consumidor, y que a su vez se invierte para el resto de la economía. Así, en lugar de disciplinar el precio de insumos tales como petróleo (Repsol), chapa-acero (Techint), cemento (Camargo Correa), aluminio (Aluar), químicos, etcétera, lo que se hace es validar su poder oligopólico para ajustar las clavijas en el resto de la cadena”. Lozano, un conocido militante de izquierda e histórico referente económico de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), lleva el discurso y el debate a donde realmente tendría que estar. Lozano quiere que se trate el mayor problema de los modelos económicos de los últimos años en la Argentina: las políticas contra la concentración y por la distribución de la riqueza. Esa es la cuestión. En la era K, ninguna de estas dos cuestiones han funcionado mejor que durante el menemismo, o los dos gobiernos radicales. Y eso es lo que hay que decir y repetir: el Gobierno Nacional, en toda la era K, nunca llevó a cabo políticas que contribuyan a la Justicia Social. El Gobierno K es a la luz de cualquier teoría progresista, un Gobierno reaccionario, de derecha.

jueves, 10 de julio de 2008

Las frases y las viejas malas costumbres


Los dirigentes agropecuarios se dieron cuenta que las protestan sirven. Que la presencia de manifestantes de uno u otro bando, incide definitivamente en los ánimos de los legisladores a la hora de votar. Incluso la prohibición de ingreso a muchos representantes agropecuarios a la Cámara de Diputados dio sus frutos. Las imágenes de la televisión fueron elocuentes. Felipe Solá fue vapuleado por críticas y acusaciones sobre su supuesta traición, y hasta tuvo que enfrentarse con un funcionario nacional. No fue fácil para el ex gobernador bonaerense mantener su posición contra el proyecto oficial con los legisladores ultra K cebados por su jefe y con el apoyo de cientos de manifestantes en las tribunas aprobando o desaprobando cualquier declaración, según los favorezca o no. Ahora los productores han reaccionado. Esperan realizar una multitudinaria marcha en Capital Federal y reinstalar la carpa de apoyo al campo frente al Congreso. Los sucesos de los últimos días han mostrado que las movilizaciones son útiles. Seguramente no es el ámbito en que desenvuelve con más soltura un productor, pero la realidad ha mostrado que el método más efectivo. “Hemos acordado un plan de acción y movilización desde mañana y hasta el miércoles”, dijo Buzzi. Paralelamente, anunció que se movilizarán el martes “porque es el día previo a la votación en el Senado y es donde hay que poner la presencia masiva de productores y ciudadanos”. Inclusive subrayó que la convocatoria será para expresar “la preocupación en el caso de que se ratifique el proyecto de ley que tiene media sanción y se rectifique el engendro de la resolución 125 como está concebida”. Los métodos K, sus abusos y el incumplimiento de los acuerdos, han hecho inevitables estas formas de presión. En el inicio de este Siglo XXI, las viejas malas costumbres, han vuelto a poner en vigencia una frase que signó a la pasada centuria: el que no llora no mama.

jueves, 3 de julio de 2008

Los favores y las convicciones


Pocas horas después de que el ex presidente Néstor Kirchner negara que haya existido una reunión entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, el máximo tribunal envió un escueto comunicado. "En virtud de numerosas consultas periodísticas recibidas con motivo de asuntos de conocimiento público, la Corte Suprema de Justicia de la Nación informa que la función institucional del Poder Judicial es ocuparse de las cuestiones de Estado y no intervenir en los debates políticos y, en caso de controversias, sólo opina a través de sus sentencias", señaló. Tras la publicación sobre la supuesta reunión, Kirchner había “insinuado” que el Presidente del Supremo Tribunal seguramente iba a desmentir el supuesto encuentro. Por otro lado, Julio Cobos consideró ayer que sería lamentable" que "el vicepresidente de la Nación, que tanta representatividad tiene como la Presidenta, deba pedir permiso o autorización para ejercer una función, sea protocolar o de opinión". Las afirmaciones del Presidente del Senado se produjeron después que todo el kircherismo le diera la espalda por haber intentado dialogar con gobernadores de todas las banderas políticas para solucionar el conflicto del campo. Mientras tanto Kirchner, les pidió ayer a los legisladores nacionales que “no se olviden de dónde vienen” a la hora de votar sobre las retenciones. Tanto Lorenzetti, como Cobos o los legisladores, seguramente necesitaron de la venia del actual presidente del Justicialismo para llegar al lugar en que se encuentran. Sin embargo, no podrían estar allí si no tuviesen la preparación o no hubiesen realizado mérito suficiente. Las sugerencias e insinuaciones del ex Presidente son un verdadero menosprecio a esas personas, ya que se espera de ellas que actúen según sus convicciones y no para devolver algún favor. Lo de Kirchner puede interpretarse, en el mejor de los casos, como una desubicación. En el peor, como un mensaje mafioso.