viernes, 19 de junio de 2009

Estatizaciones, privatizaciones y matices


Como siempre sucede en los discursos políticos de campaña, los candidatos buscan eliminar los matices para demonizar a los adversarios al identificarlos con otros dirigentes o hechos que la sociedad condena o teme. Así, el PRO-peronismo busca que los ciudadanos identifiquen al kirchnerismo con el chavismo, mientras el oficialismo hace lo mismo con Macri y De Narváez en relación al menemismo, y con el radicalismo en relación a la Alianza, que llevó al poder a Fernando de la Rúa. Ahora el debate es privatizaciones versus estatizaciones. "Que se olviden de privatizar el sistema jubilatorio para dárselo a unos pocos, para que lo usen en beneficio personal como lo hicieron desde 1994 hasta la fecha", dijo Kirchner en un acto. Esas declaraciones fueron una eficaz respuesta a la propuesta opositora. Es que De Narváez había respaldado a Mauricio Macri, que se había manifestado a favor de pasar a manos privadas nuevamente a Aerolíneas Argentinas, a Aguas Argentinas y al sistema de jubilación, que fue estatizado el año último por el Gobierno. De Narváez se refirió al caso de Aerolíneas. Dijo que fue "un enorme error" la reestatización. Y amplió: "Sigue perdiendo plata todos los días". Versiones de prensa aseguran que Kirchner considera que Macri le hizo un enorme favor al Gobierno al defender las privatizaciones, y puede tener razón. Pese a lo que puede creer el Jefe del Gobierno porteño, la reestatización de los fondos en las AFJP no generaron el rechazo social que quizás él cree, y hay mucha gente que considera el sistema estatal mucho más confiable que el privado. Sin embargo, el caso de Aerolíneas Argentinas es otra historia. Las informaciones sobre las millonarias pérdidas y la creciente ineficiencia de la empresa aérea si provocan un rechazo generalizado a la intervención arbitraria y demagógica del Gobierno. En el caso de las AFJP, se trata de un negocio financiero con fondos de los trabajadores, en el que está el juego el futuro de todos ellos. Pero Aerolíneas es una empresa de servicios como muchas otras, en cuyo éxito o fracaso debiera ser absolutamente independiente de la intervención del Estado. En este debate han quedado de de lado los matices que, como se puede ver claramente, para esta cuestión son fundamentales.

No hay comentarios: