lunes, 20 de octubre de 2008

Las razones del Gobierno Nacional y Popular

En medio de la crisis financiera internacional, el Gobierno decidió ponerle fin al sistema de jubilación privada. El anuncio será realizado hoy en la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). Los cambios, según fuentes oficiales, se realizarán porque "la actual crisis pone brutalmente en evidencia que el sistema privado es conceptualmente inadecuado". La modificación, importantísima en lo que se refiere a las finanzas nacionales, será realizada apenas dos semanas después de que el Gobierno se jactara a los cuatro vientos de la solidez de la economía argentina, por lo que no haría falta apelar a medidas extraordinarias para afrontar las tormentas financieras del Primer Mundo. La medida que tomó la administración K, sin embargo, muestra cierta coherencia para un gobierno que se proclama de izquierda y se autodenomina “nacional y popular”. Es más, desde su lanzamiento, el sistema de capitalización actual fue cuestionado por todos los economistas y dirigentes considerados progresistas. Es que dejar en manos privadas -con la consecuente falta de garantías-, los ahorros previsionales de toda una vida de trabajo es un riesgo demasiado grande según el punto de vista de esta corriente de pensamiento. ¿Qué podría haber pasado con esos ahorros se hubiesen invertido en créditos subprime? Simplemente las Administradoras habrían quebrado con una crisis similar a la que viven muchos ahorristas de Estados Unidos. Sin embargo, la Argentina es un caso especial. Las AFJP invirtieron en papeles que tuvieron un destino similar al de los tóxicos bonos estadounidenses: compraron bonos de la deuda nacional en los peores momentos, en una operación que ni el más estúpido o ignorante de los inversores realizaría. Lo curioso es que fueron obligadas por el Gobierno argentino, primero con Cavallo y luego con Kirchner. Así que, en nuestro país, donde el respeto a la propiedad privada y las convicciones estuvo y está estrictamente determinado por las coyunturales necesidades de caja, una discusión racional sobre la cuestión es una pérdida de tiempo. El Gobierno nacional se prepara a echar mano de los ahorros de los trabajadores para evitar un default, es decir, para pagar la deuda externa. La nacionalización (¿confiscación?) de esos fondos no se realizará para avanzar con la justicia social, ni para dar mayor educación a los habitantes ni para terminar con la pobreza del país.

martes, 14 de octubre de 2008

Argentina frente a la crisis mundial

En su edición del domingo, el diario La Nación criticó los planes del Gobierno argentino frente a la crisis financiera. En una columna de opinión, Carlos Pagni describió cómo la administración actual había decidido actuar en oposición a la forma en que enfrentan la mayoría de los demás países del mundo el problema. “Los líderes de las principales potencias coincidieron durante el fin de semana en que la crisis de la economía global debe ser enfrentada, como lo fue la Gran Depresión de los años 30, con políticas monetarias y fiscales expansivas, capaces de atenuar la contracción de los próximos años. Esa corriente internacional encuentra a la Argentina, otra vez, nadando en contra. Mientras sus colegas se preparan para devaluar y gastar más, los Kirchner están inquietos por asegurar el superávit fiscal, resistir la corrida contra el dólar y contener la inflación. El mundo vuelve a Keynes (que formuló sus teorías en el marco de aquella depresión) y se cruza con el gobierno argentino, que sale de viaje hacia la ortodoxia”. Esta columna fue publicada antes que el Gobierno argentino anunciara medidas en la Aduana para frenar las importaciones, pocas horas después, se comunicara con el ministerio de Hacienda brasileño para subir el arancel a las productos de fuera del Mercosur, lo que fue descartado por el Gobierno de Lula Da Silva, que en realidad lo que busca es aumentar el intercambio comercial con el mundo para evitar una recesión en su país. Pese a los discursos, sobre el “valor agregado” que debieran tener los productos argentinos, nadie como Cristina Fernández ha desperdiciado tantas oportunidades para el real desarrollo de la industria argentina, con el agravante de que este Gobierno se ha financiado fundamentalmente de una materia prima como la soja, cuya producción insume un mínimo de empleos. Si el Gobierno Nacional no reacciona en defensa de los puestos de trabajo y de la producción nacional, y sólo se ocupa de la caja estatal, las consecuencias de la crisis en el país se sentirán mucho más que en los países donde se originaron los problemas.

lunes, 6 de octubre de 2008

Borges, la democracia, los subprime, y la libertad


El anciano Jorge Luis Borges dialoga con el joven Jorge Luis Borges en un banco de plaza en Cambridge y/o Ginebra en 1969 y/o 1918. El anciano realiza un diagnóstico histórico del mundo y del país hacia 1969: "-En lo que se refiere a la historia... Hubo otra guerra, casi entre los mismos antagonistas. Francia no tardó en capitular; Inglaterra y América libraron contra un dictador alemán, que se llamaba Hitler, la cíclica batalla de Waterloo. Buenos Aires, hacía mil novecientos cuarenta y seis, engendró otro Rosas, bastante parecido a nuestro pariente. El cincuenta y cinco, la provincia de Córdoba nos salvó, como antes Entre Ríos. Ahora, las cosas andan mal. Rusia está apoderándose del planeta; América, trabada por la superstición de la democracia, no se resuelve a ser un imperio. Cada día que pasa nuestro país es más provinciano. Más provinciano y más engreído, como si cerrara los ojos. No me sorprendería que la enseñanza del latín fuera reemplazada por la del guaraní".
Las palabras del anciano Borges son un fiel reflejo de lo que fue el pensamiento conservador de la época. Sin embargo, hay una característica de esa concepción que unió por igual a todas corrientes ideológicas de ese tiempo: la subestimación de la importancia de la democracia, a la que sin miramientos ni culpa, el más famoso de los escritores argentinos no teme en llamar superstición.
Martín Caparrós, un ex militante montonero y, ahora –a mi criterio- el periodista de mayor honestidad intelectual e histórica, y objetividad (si existe tal cosa), admite que los militantes revolucionarios también profesaron este desprecio por la democracia al confesar a su pesar, las coincidencias con el ex represor Luciano Benjamín Menéndez: “Por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Tan de acuerdo que lo escribí por primera vez en 1993, cuando ví a Firmenich diciendo por televisión que los Montoneros peleábamos por la democracia: mentira cochina. Entonces escribí que creíamos muy sinceramente que la lucha armada era la única forma de llegar al poder, que incluso lo cantábamos: “Con las urnas al gobierno / con las armas al poder”, y que falsear la historia era lo peor que se les podía hacer a sus protagonistas: una forma de volver a desaparecer a los desaparecidos. Me indigné y, de tan indignado, quise escribir La voluntad para contar quiénes habían sido y qué querían realmente los militantes revolucionarios de los años sesentas y setentas”.
Con esta introducción intento mostrar que pese a las ideologías nadie es ajeno a su tiempo e inevitablemente, por grande que sea el esfuerzo intelectual, es difícil que esquivemos esos vicios, esos descuidos que por negligencia, cobardía, debilidad o comodidad, pueden generar los más terribles episodios como los de la historia reciente en América Latina.
Como a fines de los 60, hoy también el Mundo enfrenta una época de cambios. Los ánimos ahora no están tan exacerbados como entonces. Los proyectos mesiánicos, las teorías fundamentalistas, racionales o dogmáticas, las soluciones finales, ahora son debatidas y hasta rebatidas con claros ejemplos históricos, con una libertad inédita en muchísimos años.
Con la crisis financiera, ya muchos se atreven a anticipar el fin de la hegemonía de los Estados Unidos. El desplome de los cuestionados bancos de inversión, cuyo golpe de gracia fue caída de los créditos subprime, ha dejado al país más poderoso del mundo en una posición de debilidad inédita, desde que comenzó a convertirse en imperio.
Muchos celebran el debilitamiento y la debacle no sólo de un imperio, sino también el fracaso de una visión político-económica. Este es el punto más importante de los debates que deben surgir a partir de la crisis: ¿Qué es lo que de verdad fracasó y cuáles son las verdaderas falencias e injusticias del modelo estadounidense?.
Hay muchos buitres dando vuelta, muchos profetas totalitarios, tanto de izquierda como de derecha, esperando la oportunidad para deshacer de un plumazo todos los logros sobre democracia y sobre libertades individuales conseguidos en los últimos años. Ellos intentan mostrar que esos avances en las libertades de los individuos, poseen el gen de las desigualdades del sistema estadounidense, que cae ante los ojos del mundo. El gen de la destrucción, de la codicia (esa que se les endilga a los yuppies de Wall Street), que ahora provoca la decadencia no sólo económica, sino también moral del imperio que se derrumba.
“Mientras Estados Unidos y Europa, con distintas modalidades, abandonaron las políticas industriales activas y se conformaron en los últimos lustros con vivir artificialmente de un complejo entramado de especulación financiera, las principales economías asiáticas, con China e India a la cabeza, reorganizaron su base productiva, aceleraron su capacidad tecnológica, incrementaron su participación en el comercio mundial y elevaron sus reservas internacionales”, asegura el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, Juan Gabriel Tokatlian.
Hay que tener mucho cuidado en los análisis y ser minucioso en los matices para no cometer errores pasados. No es la democracia, no son las libertades individuales, lo que provocó la crisis ni lo que está en crisis.
No cometamos el error de menospreciar los logros recientes, encandilados por borrosas promesas revolucionarias o reaccionarias, de igualdad, moral o dignidad.
Hacia un verdadero cambio lo que hay que exigir es más de eso: más libertad, más igualdad, más moral, más dignidad, sin resignar nada de la libertad conseguida hasta aquí…

viernes, 26 de septiembre de 2008

¡Ay Néstor!... Si sólo nos hubieses explicado


El matutino porteño La Nación publicó ayer detalles de una charla informal que mantuvieron Cristina y Néstor Kirchner, con tres empresarios y tres funcionarios, en el bar del hotel donde se alojaron en Nueva York. La nota -que refiere casi en su totalidad a las palabras del ex presidente-, asegura que él dijo, por ejemplo: “Con la oferta de los holdouts y la reprogramación de los préstamos garantizados, el financiamiento está asegurado. En 2009 tendremos un superávit de 3,3% y respiraremos tranquilos”. Además, aseguró: “Cuando era gobernador, no me interesaba otra cosa que la caja. Pero, la verdad, es lo más importante. Los ministros de Economía llegan al cargo con grandes fantasías y programas y se olvidan de ese detalle: lo más importante es la caja”. En otro pasaje del diálogo, según el matutino, Néstor Kirchner analizó el pasado reciente de la economía argentina a través de algunos ministros: “El que está al frente de la economía debe entender la política: cómo funcionamos los políticos. En ese sentido, (Miguel) Peirano y Roberto (Lavagna) son dos modelos. (José Luis) Machinea también fue bueno. Y el que entendía todo era (Chrystian) Colombo, el jefe de Gabinete de De la Rúa. Pero, claro, cuando estaba Colombo a nosotros, los gobernadores lo único que nos interesaba era la plata de la provincia y pará de contar”. Sobre el reciente fracaso de la resolución 125, el ex mandatario aseguró: “Esas retenciones se explicaron mal, pero ahora, que la soja pierde precio, al campo le vendría mucho mejor asociar al Estado en la caída. Deberían pedirlo”. La nota de La Nación es sin duda una jugosa crónica para quienes intentan develar qué es lo que piensa el ex mandatario, quien –ya sabemos todos- es el que maneja la economía nacional. Curiosamente, el personaje que describe el cronista se aleja mucho de la imagen pública que se ha formado el ex presidente, y es más, hasta parece un tipo mucho más agradable que aquel pedante y jactancioso que ofreció esa conferencia, en la que irrespetó a la prensa y en lugar de críticas racionales, lanzó ironías sobre quienes se le oponían durante el conflicto con el campo. Por otro lado, muestra una visión ultra pragmática -y en algunos aspectos conservadora- de la economía, discutible quizás, pero coherente. ¿Por qué no apareció ese Kirchner durante el paro agropecuario? Si la movilidad de las retenciones era –y podría serlo en la actualidad- beneficiosa… ¿por qué entonces no se explicó bien? ¿De quién es la culpa?. Obviamente, es culpa del Gobierno, de ellos. La extraña razón que no permite al Poder Ejecutivo comunicar claramente su pensamiento, sus planes, sus fines, es absolutamente dañina para ellos y para todo el país. Paradójicamente, el abiertamente crítico diario La Nación, le dio una mano a Kirchner en su imagen pública.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Lo que creímos que ellos sabían


La Reserva Federal de Estados Unidos anunció un paquete de rescate para salvar de la bancarrota al gigante de los seguros American International Group (AIG). Algunos especialistas dicen que AIG es demasiado grande para dejarla colapsar. Según el plan, la que es considerada la mayor aseguradora de Estados Unidos recibirá 85.000 millones de dólares en préstamo, lo que significa que el gobierno asumirá casi el 80 por ciento del control de la empresa. Si AIG no hubiese recibido la ayuda multimillonaria habría tenido que declararse en bancarrota. Sin embargo, y pese a los esfuerzos de la Reserva Federal, el mercado estadounidense abrió a la baja por los temores de que el rescate no sea suficiente para ahuyentar el pesimismo que domina al mundo financiero. También las bolsas de Asia y Europa se derrumbaron. La de Rusia tuvo que suspender la jornada para frenar la estrepitosa caída. Así, todo el mundo financiero muestra su desconfianza de que las cosas pueden seguir como estaban antes del inicio de la crisis. ¿Es esto una muestra de que los cambios en “la forma de hacer negocios” son inminentes? Por lo pronto, hay una expresión que comenzó a aparecer en los medios tanto argentinos como de todo el mundo que antes difícilmente se encontraba: Sofisticados instrumentos financieros. Ningún diario en una sección de economía se hubiese atrevido a utilizar una expresión semejante porque, lisa y llanamente, muestra el desconocimiento del analista o periodista sobre lo que está escribiendo. Ahora, ya se publicó en medios que van desde La Nación, pasando por The New York Times hasta la BBC. ¿Acaso esos periodistas nunca supieron –o supimos- qué era lo que realmente estaba pasando y simplemente confiamos porque creímos que ellos, los hombres que trabajan en financieras tan elegantes o temibles como Lehman Brothers sabían algo que nosotros no?

viernes, 5 de septiembre de 2008

La negligencia genera ambigüedad

La Presidenta encabezó un acto en la localidad santafecina de Arroyo Seco, donde se inauguró una fábrica de calzado. Promediaba su discurso, cuando, dirigiéndose a "los jóvenes" deslizó: "Agraviando insultando o incendiando nadie resuelve nada. Al contrario, se necesita mucho esfuerzo como el que ustedes ponen todas las mañanas". No se comprenden muy bien las declaraciones de la Presidenta si, como la mayoría de los argentinos, se enteró anteayer que en realidad, según el ministro de Justicia Aníbal Fernández, los agravios y los insultos fueron solamente consecuencia de un grave atentado realizado por grupos de ultraizquierda en su intento por desestabilizar al Gobierno. Entonces, todas esas personas que agraviaron, insultaron o incendiaron trenes fueron víctimas de la operación de activistas, quienes se aprovecharon de la furia que ellos mismos (los activistas) provocaron para generar el caos que permitirá, poco a poco, a estos grupos antidemocráticos desestabilizar al Gobierno, desatar una revolución, y tomar el poder. Entonces, si todo fue un boicot, un atentado, una operación guerrillera, no se puede culpar a los usuarios del tren por haber caído en las redes de plan perfectamente ingeniado. Sin embargo, los dichos de Cristina Fernández sí son más coherentes si se toman las declaraciones realizadas por el ministro ayer a la tarde, en las que decidió bajar el tono y asegurar: "hasta ahora lo único que encuentro es el conflicto por el conflicto mismo. La situación es la de un desquicio sin sentido". Las acusaciones del Gobierno contra partidos políticos, a horas de desatados los disturbios, con supuestas pruebas fotográficas generan inevitables suspicacias. Si, como afirma el Gobierno, esos partidos de izquierda organizaron un atentado con el fin de desestabilizar a la Presidenta, entonces habría que proscribirlos por antidemocráticos. Pero una vez más, la sensación es que se apeló –con bastante negligencia- a una grosera maniobra de prensa para esconder problemas que no saben cómo enfrentar.

Un atentado, dice la historia oficial


Cientos de personas, en su mayoría trabajadores del conurbano bonaerense, salieron ayer de sus casas, muy temprano a la mañana para ir a trabajar como lo hacen todos los días. Ayer, como todos los días viajaron en condiciones infrahumanas. También ayer, como muchas veces sucede, hubo demoras en el tren que los lleva hacia la Capital Federal. Dos horas estuvieron parados, varados, encerrados en los vagones, hasta que les abrieron las puertas. El resto de esta historia, los incidentes, la quema de los vagones, la furia, se vio por televisión para todo el país. No que no se pudo ver, ni se puede ver desde hace rato, son las verdaderas causas de estos conflictos, de estos escándalos. Según los dirigentes opositores, el problema es el mismo que el de antes: el descontrol oficial sobre el transporte público, al que se pagan (pagamos todos nosotros) millonarios subsidios para mantener en buenas condiciones y a bajo costo, lo que no sucede en realidad. Pero ayer, hubo otra versión, que fue la historia oficial. El gobierno denunció dijo que los incidentes fueron, en realidad "un atentado" en el sistema de frenos de una formación, y responsabilizó de los hechos a militantes del "Partido Obrero (PO), MST y Proyecto Sur de Pino Solanas". Según el ministro de Justicia y Seguridad Aníbal Fernández, quien identificó al "militante del Partido Obrero, José María Escobar, que es preceptor de una escuela" como el que dirigía la operación, en la que "alguien que sabía lo que hacía rompió el tablero de los frenos del primer tren, se metió allí y con un líquido produjo el cortocircuito" que detuvo la formación y que sirvió como detonante de los incidentes en la estación Castelar. La versión oficial tiene graves implicancias, ya que admite la acción de un grupo desestabilizador, que cometió un atentado muy grave. Esta vez, no fue de derecha sino de ultraizquierda. Por ello, es verdaderamente importante que se aporten pruebas a la Justicia para sostener las graves acusaciones oficiales.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Un golpe de efecto a medias


Ni siquiera los medios mundiales, esos más preocupados por la salud del capitalismo global que por la de la Humanidad, que exigieron durante años que Argentina cumpla sus compromisos de deuda, se mostraron satisfechos con la decisión de pagar al Club de Paris de contado, con reservas del Banco Central. El diario británico Financial Times dijo que la decisión "no hará nada para mejorar el acceso de Argentina a los mercados financieros internacionales ni reducirá la dependencia forzada del gobierno a Venezuela para el financiamiento". En la nota titulada "Argentina da giro en pago de deuda" el matutino subrayó que la decisión de la presidenta "fue tomada luego de la turbulencia de los mercados y de temores crecientes entre inversores acerca de que la Argentina, a pesar de los datos macroeconómicos, está dirigiéndose a otra crash después de registrar el mayor default de deuda soberana en el mundo en 2001". Y agrega que, sin bien la noticia "fue recibida ampliamente como una buena noticia", demuestra "la reputación del gobierno por su imprevisión". The Wall Street Journal, que presentó a Fernández de Kirchner como "la presidenta populista de la Argentina", subrayó que "el pago de los 6.700 millones de dólares es un intento por disipar temores de los inversores". Mientras tanto, para el New York Times, "la Argentina sorprendió a los inversores" con la iniciativa, aunque destacó que "si bien la movida satisfizo a hombres de negocios locales, avivó las preocupaciones sobre las finanzas del país". Las afirmaciones de estos medios se pueden sintetizar en que el pago buscó un golpe de efecto que logró, a medias, pero sin embargo confirmó la imprevisión con que se maneja el Gobierno Nacional y debilitó la capacidad del Banco Central. Esto muestra, una vez más, que no hubo un cambio central en la forma de gobernar. Sólo maquillaje.

martes, 2 de septiembre de 2008

El pago y las formas de pago


El Gobierno Nacional anunció la decisión de pagar la deuda con el Club de Paris, estimada en 6.700 millones de dólares, con reservas del Banco Central. Algunos aplaudieron, otros criticaron, otros advirtieron sobre la necesidad del visto bueno del Congreso para poder hacer efectivo el decreto. Pero hay otros que repitieron la misma crítica que lanzaron cuando se pagó, de la misma forma, al Fondo Monetario Internacional. ¿Es necesario utilizar las reservas disponibles del Banco Central (BCRA) para pagar un pasivo que podría haberse reestructurado? Una cláusula del Club de París exige que estos procedimientos incluyan un monitoreo FMI del país deudor, en este caso la Argentina. Es decir, que el Gobierno no quiere por una cuestión supuestamente política o ideológica, que el Fondo monitoree la operación. ¿Pero es esto una cuestión ideológica, como también denominó el Gobierno Nacional al aumento de las retenciones para una redistribución de la riqueza? Estos temas le están costando caro al Estado argentino y está provocando que cada vez, haya menos riqueza para negociar. Así fue que el país pagará 15 por ciento de intereses a un amigo y compañero latinoamericano, como es Venezuela, cuando en los mercados internacionales cualquiera podría haber pagado la tercera parte de ese porcentaje. Se puede estar de acuerdo o no con el pago al FMI y al Club de Paris, de acuerdo a una posición política. Pero, según ese mismo criterio, no se puede estar a favor de gastar mal y mucho, en vez de lo contrario, con el necesario perjuicio a las arcas del Estado. Desperdiciar los cerca de 600 millones de dólares que se pagarán en intereses a Venezuela, o comprometer la fortaleza del Banco Central sólo para poder saltear el monitoreo del FMI, no es ni de izquierda ni de derecha, no es monetarista ni keynesiano, no es neoliberal ni socialista. Es absurdo.

viernes, 29 de agosto de 2008

Un insulto a la inteligencia


Así como muchas veces las palabras de los políticos no interesan a la opinión pública por repetitivas, aburridas, obvias o poco creíbles, otras veces interesan por la preocupación o la alarma que pueden generar, o también por su efecto sobre las pasiones de los ciudadanos o las masas. Por ejemplo, anteayer, el discurso que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio en la ciudad de Villa Paranacito fue bastante lavado y vago. Aunque muchos intentaron descifrarlo, no quedó claro sobre qué (o quién) estaba hablando cuando aseguró, en la parte central de su discurso: “la verdadera política son los hechos, las obras, la conducta y las acciones, lo demás es apenas un ejercicio mediático que entretiene unos instantes, que puede distraer durante algún tiempo, pero que queda finalmente en eso: un exclusivo ejercicio mediático y ningún resultado”. El contenido en sí, es bastante coherente, pero cuando los dichos de los políticos no se relacionan directamente con un hecho determinado de la realidad, quedan en eso, sólo palabras. Pero ayer, la Presidenta dijo palabras que, tomadas por su significado estricto, son verdaderamente preocupantes: “Hoy estamos discutiendo sobre un peso mas o un peso menos con la CGT en ese sentido y años atrás, nadie podía pensar que un trabajador podría tener un salario que pagara ganancias. Estamos en un país diferente”. Cualquier trabajador sabe por su propia experiencia cuánto ha caído el poder adquisitivo de los salarios, y es por eso y no por lo contrario -como asegura la Presidenta-, que se reclama no pagar ganancias. No puede compararse lo que implicaba para un empleado ganar 3.000 ó 4.000 pesos durante la Convertibilidad, a lo que es ahora. Lamentablemente, de las declaraciones presidenciales sólo se puede deducir que, o Cristina no sabía de lo que estaba hablando o que, en el peor de los casos, se burla de la inteligencia de los trabajadores argentinos.

martes, 26 de agosto de 2008

Saber de qué se trata

Lejos de hacer mella en algunas malas costumbres del Gobierno, el conflicto con el campo parece provocado que se cierre aún más sobre sí mismo. Una muestra de ello es que, el anuncio de que aumentará el presupuesto de la Secretaría de Agricultura en 1000 millones de pesos, generó nuevos cuestionamientos entre los ruralistas, que vuelven a protestar activamente. Ayer, productores de la ciudad santafecina de Armstrong se concentraron para realizar un tractorazo por la ruta 9 que encabezó el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. Fue tras la masiva asamblea que encabezó en Olavarría el sábado último. "Hay mucho ruido y pocas nueces", fue la advertencia que dejó el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, quien estuvo a cargo del discurso de cierre. La asignación presupuestaria para el área que controla Carlos Cheppi no conforma al campo. El sector no sólo la cuestiona el monto, que considera insuficiente, sino el destino que se dará a la partida; temen, sobre todo, que el dinero no llegue a los pequeños productores. El Gobierno insiste en marginar a quien se le oponga, como si ninguna institución tuviese real representatividad. Decidieron una vez más una distribución inconsulta, arbitraria y, lo peor de todo, a espaldas de la sociedad, como si ellos, los representantes de la ciudadanía no tuvieran que dar explicaciones sobre lo que hacen con los fondos que pertenecen a la Nación. Por suerte, hay instituciones que han retomado la iniciativa, como el Congreso de la Nación. Ayer, el Secretario de Transporte Ricardo Jaime, tuvo que explicar en el Senado, por primera vez desde que comenzó su gestión, cómo se negoció la reestatización de Aerolíneas Argentinas y cómo administró él dinero de su cartera, que es el dinero de toda la sociedad. Ya que el Gobierno Nacional está empecinado esquivar las consultas de los medios, es absolutamente correcto y necesario que los legisladores exijan la información a la que el ciudadano común no puede acceder.

lunes, 18 de agosto de 2008

El mundo de las imágenes


A mediados de la década del sesenta un Presidente de la Nación, el radical Arturo Illia, y todo su equipo de Gobierno fueron blanco de una campaña de desprestigio en los medios que terminó por hundirlo. La imagen del mandatario nacional era representada por una tortuga, una imagen que pretendía mostrar la lentitud y la falta de energía con que gobernaba. La insistencia de reconocidas revistas políticas de la época, logró un desprestigio tal que allanó el camino hacia un golpe de Estado. En la década de los ’90, la imagen del Presidente Carlos Menem fue asociada constantemente con la corrupción, con lo que finalmente el ex mandatario terminó pasando una temporada en cárcel sin que, hoy por hoy, prácticamente nadie recuerde por cuál causa fue preso. A los ojos de la sociedad, que Menem haya terminado encarcelado era -más allá de lo estrictamente judicial-, un acto de justicia. Ni hablar de Fernando De la Rúa, del “dicen que soy aburrido”, de su famoso paso por VideoMatch con la consecuente parodia, y sus discursos delirantes cuando ya todos lo consideraban ex. El propio De la Rúa, hace poco tiempo, admitió ante la Justicia el daño que le causó a su imagen el episodio en la televisión, y hasta lo consideró parte de un plan para derrocarlo. Desde el inicio del conflicto del campo, la pareja presidencial ha sufrido una erosión semejante a las anteriores. Los discursos anacrónicos de Néstor Kirchner; los gastos desmesurados de la Presidenta en lujos innecesarios; las sospechas de millonarios casos de corrupción, entre otras cosas, han generado una creciente incredulidad en la pareja presidencial y ha cubierto con un manto de sospecha a todos los altos funcionarios nacionales. Ayer, en la portada del diario Crítica de la Argentina, que conduce Jorge Lanata, se publicó una foto trucada en la que Kirchner corre y aventaja a atleta jamaiquino que logró el récord mundial en las Olimpíadas, y titula irónicamente: “¿Quién es el hombre más rápido del mundo?”. La tapa hace referencia a una nota sobre un sospechoso negocio inmobiliario realizado por el ex Presidente en El Calafate, que le dejó Kirchner una millonaria ganancia. ¿Era posible, un año atrás, que un diario se atreva a publicar semejante acusación contra uno de los miembros de la pareja presidencial?.

martes, 12 de agosto de 2008

El pasado, a través de sus protagonistas


Una visión impresionante, de una honestidad histórica e intelectual pocas veces vista ni en los medios, ni en la literatura ni mucho menos en la política argentina. A continuación, una columna del escritor Martín Caparrós, sobre aquellos tiempos.


El peor acuerdo

Por Martín Caparrós
25.07.2008
(Publicado en Crítica de la Argentina)



Nunca hubiera pensado que alguna vez podía llegar a estar de acuerdo con el hijo de puta del ex general Luciano Benjamín Menéndez. Y sin embargo, ayer.
Ayer, en su alegato final, el ex Menéndez, ex jefe de una de las unidades militares más asesinas, el Tercer Cuerpo de Ejército, hombre de cuchillos tomar y de presos matar, peroró en su defensa. Dijo, en síntesis, que las fuerzas armadas argentinas pelearon y ganaron para “evitar el asalto de la subversión marxista”. Y yo también lo creo.
Con algunos matices. La subversión marxista –o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte– quería, sin duda, asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden social. No queríamos un país capitalista y democrático: queríamos una sociedad socialista, sin economía de mercado, sin desigualdades, sin explotadores ni explotados, y sin muchas precisiones acerca de la forma política que eso adoptaría –pero que, sin duda, no sería la “democracia burguesa” que condenábamos cada vez que podíamos.
Por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Tan de acuerdo que lo escribí por primera vez en 1993, cuando vi a Firmenich diciendo por televisión que los Montoneros peleábamos por la democracia: mentira cochina. Entonces escribí que creíamos muy sinceramente que la lucha armada era la única forma de llegar al poder, que incluso lo cantábamos: “Con las urnas al gobierno / con las armas al poder”, y que falsear la historia era lo peor que se les podía hacer a sus protagonistas: una forma de volver a desaparecer a los desaparecidos. Me indigné y, de tan indignado, quise escribir La voluntad para contar quiénes habían sido y qué querían realmente los militantes revolucionarios de los años sesentas y setentas.
(A propósito: es la misma falsificación que se comete cuando se dice, como lo ha hecho Kirchner, que este gobierno pelea por realizar los sueños de aquellos militantes: esos sueños, está claro, eran muy otros. En esa falsificación, Kirchner y el asesino ex se acercan; ayer Menéndez decía que “los guerrilleros del 70 están hoy en el poder”, sin ver que, si acaso, los que están alrededor del gobierno son personas que estuvieron alrededor de esa guerrilla en los setentas y que cambiaron, como todo cambió, tanto en los treinta últimos años que ya no tienen nada que ver con todo aquello, salvo para usarlo como figura retórica.)
Es curioso cómo se reescribió aquella historia. Hoy la mayoría de los argentinos tiende a olvidar que estaba en contra de la violencia revolucionaria, que prefería el capitalismo y que estuvo muy satisfecha cuando los militares salieron a poner orden. “Ostentamos el dudoso mérito en ser el primer país en el mundo que juzga a sus soldados victoriosos, que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas”, dijo el asesino –y tiene razón. Pero la sociedad argentina se armó un relato según el cual todos estaban en contra de los militares o, por lo menos, no tenían ni idea. Es cierto que no podían haber imaginado que esa violencia era tan bruta, tan violenta, pero había que ser muy esforzado o muy boludo para no darse cuenta de que, más allá de detalles espantosos, las fuerzas armadas estaban reprimiendo con todo.
El relato de la inocencia mayoritaria se ha impuesto, pese a sus contradicciones evidentes. Los mismos medios que ahora cuentan con horror torturas y asesinatos las callaron entonces; los mismos partidos políticos que se hacían los tontos ahora las condenan; los mismos ciudadanos que se alegraban privada y hasta públicamente del retorno del orden ahora se espantan. Y todos ellos conforman esta masa de ingratos a la que se dirige el muy hijo de exputa: “Luchamos por y para ustedes” –les dice y, de hecho, los militares preservaron para ellos el capitalismo y la democracia burguesa. Pero la sociedad argentina se ha inventado un pasado limpito en el que unos pocos megaperversosasesinos como éste hicieron a espaldas de todos lo que ellos jamás habrían permitido, y les resulta mucho más cómodo. Como les resulta mucho más cómodo, ahora, indignarse con el ex que repensar qué hicieron entonces, a quién apoyaron, en qué los benefició la violencia de los represores, y lo fácil que les resultó, muchos años después, asombrarse, impresionarse e indignarse.
El ex Menéndez es, sin duda, un asesino, y ojalá que se pudra en la cárcel. Es obvio que no es lo mismo la violencia de un grupo de ciudadanos que la violencia del Estado, pero es tonto negar que nosotros proponíamos la guerra popular y prolongada como forma de llegar al poder. Y también es obvio que la violencia de los militares no les sirvió sólo para vencer a la guerrilla: lo habrían podido conseguir con mucho menos.
Durante mucho tiempo me equivoqué pensando que los militares habían exagerado: que la amenaza revolucionaria era menor, que no justificaba semejante despliegue. Tardé en entender que los militares y los ricos argentinos habían usado esa amenaza como excusa para corregir la estructura socioeconómica del país: para convertir a la Argentina en una sociedad con menos fábricas y por lo tanto menos obreros reivindicativos, para disciplinar a los díscolos de cualquier orden, y para cumplir con las órdenes reservadas del secretario de Estado USA, su compañero Kissinger, que les dijo en abril de 1976 que debían volver a convertir a nuestro país en un exportador de materia prima agropecuaria.
Es lo que dijo el ex: “¡Y nosotros estamos siendo juzgados! ¿Para quién ganamos la batalla?”. Porque es cierto que la ganaron, y que su resultado principal no son estos juicios sino este país sojero.
Ése es el punto en que casi todos se hacen los boludos. La indignación siempre fue más fácil que el pensamiento. Supongo que es mejor que muchos, para sentirse probos, prefieran condenar a los militares antes que seguir apoyándolos como entonces. Pero no deja de inquietarme que todo sea tan fácil y que sólo un asesino hijo de puta suelte, de vez en cuando, ciertas verdades tremebundas.

Independencia y subordinación a los mercados

Los mercados le dieron a la Argentina, pero no porque haya señales de una crisis económica, sino porque se cansaron de las informalidades y de las irregularidades del Gobierno Nacional. La agencia crediticia Standard & Poor´s (S&P) bajó sus calificaciones soberanas de largo plazo en moneda local y extranjera de la República Argentina a ´B´ desde ´B+´ en su escala global. Esto ahogó el plan del Gobierno de la recompra de bonos de la deuda, la primera medida destinada a paliar la crisis financiera después de intentar minimizarla durante días. La Bolsa, en tanto, abrió con una leve baja de 0,12% y no paró de profundizar sus caídas. El índice Merval de las acciones de las empresas líderes de la Bolsa de Comercio porteño bajó 3,81%, hasta los 1.708,95 puntos. Entre las causas que dispararon el malestar en los mercados se destacan la defensa del rumbo oficial expresada por la presidenta Cristina Kirchner en la primera conferencia de prensa y la venta de bonos a Venezuela a una tasa del 15% anual, cuando países como Perú o Bolivia pueden conseguir el mismo crédito, al 7 u 8 por ciento. Pero hay otro dato. La difusión de una tasa de inflación de apenas 0,4%, cuando el mercado esperaba 0,6 o 0,7%, pese a que los cálculos privados la ubicaban entre 1,4 y 1,8% afectó el humor de los inversores. Es decir, que no esperan buenos índices, esperan simplemente que el Gobierno sincere los datos. Lo ideal para cualquier Gobierno, es independizar sus acciones del humor de los mercados, sin embargo el acceso a ellos tiene sus beneficios. En algún momento el Kirchnerismo pudo darse ese lujo, pero evidentemente ya no. Ahora, la serie de errores políticos cometidos en los últimos meses, han provocado una importante limitación en su capacidad de acción. Por ello le quedan dos caminos: recuperar la credibilidad y el apoyo social perdido (desde empresarios hasta los gremios), o directamente subordinarse a los caprichos del mercado. Si lograse lo primero, lo segundo tendría que llegar solo. ¿Hay voluntad política para hacerlo?

martes, 5 de agosto de 2008

Un discurso inadecuado


Cristina Kirchner y Luiz Inacio Lula Da Silva se reunieron ayer para profundizar la alianza productiva entre los dos países, luego de fuertes cruces entre Argentina y Brasil sobre la liberalización del comercio internacional. Ambos coincidieron, aunque con matices, en el acuerdo para aprovechar lo que llamaron "la oportunidad histórica" que ofrece la situación económica mundial. Lula llamó a que la integración entre Brasil y la Argentina "sea cada vez mayor". Dirigiéndose a los empresarios, destacó la necesidad de "discutir acciones concretas para fortalecer la integración" y afirmó que los hombres de negocios "tienen un papel crucial" en esa etapa. Por último, dijo: "los intereses soberanos de cada estado son intocables". Antes que el brasileño, Cristina aseguró que "nuestros países atraviesan una etapa de crecimiento y comunión inédita”. En este contexto, elogió la "convicción de la clase dirigente de Brasil" para "generar un modelo de desarrollo productivo que hiciera de la búsqueda de competitividad el eje del desarrollo" del país vecino. Enseguida, contrapuso esa actitud a lo ocurrido en la Argentina. "Por distintas experiencias históricas y políticas se creyó que podíamos ser sólo un país de servicios", se lamentó. ¿Por qué incluyó la Presidenta un párrafo que sólo incumbe a la política interna? ¿No sería mejor, como hacen en Brasil, mostrarnos como un estado unido? ¿No es hasta denigrante para una Nación ir a comentar las peleas domésticas a nuestro vecino poderoso? ¿No es ofensivo para los empresarios argentinos la comparación de la Presidenta? ¿Los empresarios brasileños son todos santos patriotas que priorizan los beneficios para su sociedad sin importar la rentabilidad? ¿No perteneció Cristina a la clase dirigente argentina de los últimos 15 años? Las referencias de la Presidenta a las administraciones y la dirigencia pasadas son por lo menos inadecuadas, sino absurdas en esas circunstancias.

sábado, 2 de agosto de 2008

De qué se trata

"Unidos hemos comenzado esta lucha y, pese a quien le pese, unidos la terminaremos", afirmó ayer el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, al dejar inaugurada oficialmente la 122 Exposición Agrícola Ganadera. En su discurso, el dirigente ruralista advirtió que "no" aceptarán "los intentos de disgregación" que consideran que existen desde el gobierno nacional. Apenas un par de horas después, y en la primera conferencia de prensa desde su asunción, Cristina Fernández de Kirchner le respondió al campo: "la discusión no tiene que ver con que estemos unidos o desunidos sino con qué modelo económico nos vamos a desarrollar". "La unidad no pasa por la homogeneidad en cuanto a las propuestas e ideas, sino poder debatir un modelo que pueda dar crecimiento y movilidad social ascendente", afirmó. Fernández de Kirchner señaló, además, que en la convocatoria del Bicentenario "siempre estuvo abierta para todos los sectores económicos y sociales". Es absolutamente cierto que la unión o los enfrentamientos entre distintos sectores de la sociedad deben estar condicionados por la discusión del país que propone cada uno, y no al revés. Es decir, no se puede esconder diferencias sólo para aparentar una unión nacional. Las diferencias, en el debate, son enriquecedoras y son preferibles puntos de vista enfrentados aunque genuinos, a posiciones homogéneas hipócritas para aparentar una falsa simpatía. Sin embargo, es mucho más dañina la forma inversa, esa que sostuvo el oficialismo durante el conflicto con el campo: inventar diferencias donde no las hay, para encubrir intereses sectoriales inadmisibles públicamente. Es decir, mucho peor que “mentir amor” para sostener la unidad, es inventar contradicciones para justificar resentimientos irracionales. Entonces, la cuestión no es si estamos unidos o no, sino si las diferencias fueron suficientemente importantes para justificar tamañas movilizaciones políticas y agresiones contra un sector de la sociedad, a la que el Gobierno insistió en denominar “oligarquía”, una arbitraria abstracción con la que se pretendió amontonar y condenar a todo aquel que no adhiriera a las pretensiones (¿caprichos?) del kirchnerismo.

jueves, 31 de julio de 2008

Argentina, después de la derrota K

El Gobierno cordobés, que conduce el ahora díscolo K, Juan Schiaretti, logró aprobar una polémica reforma jubilatoria, a pesar de que se realizaron violentas y masivas manifestaciones de sindicatos estatales en los alrededores de la Legislatura mediterránea. El proyecto prevé un recorte entre 20 y 27 por ciento de las jubilaciones superiores a 5000 pesos. La justificación del gobierno provincial para la implementación del resistido ajuste es que, según denunció el propio Schiaretti reiteradamente, la Nación frenó el envío de fondos a la provincia a partir de la postura del gobernador, contraria a la de la Casa Rosada, en el conflicto con el campo. El atraso en la remisión de fondos incluye, según denuncia la administración provincial, el dinero comprometido para cubrir el déficit de las jubilaciones. Los “premios” o “castigos” con provincias amigas o enemigas no es una práctica exclusiva del kirchnerismo. Gobiernos radicales o peronistas utilizaron ciertos márgenes para potenciar o perjudicar determinados candidatos o administraciones del interior del país. Sin embargo, pocas veces se llevó hasta los extremos esta práctica, porque es verdaderamente riesgosa para la paz social, además de ser perjudicial en el largo plazo para el Gobierno Nacional. Cuando la violencia y la confrontación llegan a determinados límites, la repercusión política llega hasta la Casa Rosada. Sin embargo, a juzgar por la importante movilización y la virulencia de la protesta, esos límites parecen haberse borrado en la actualidad, como si el Gobierno Nacional estuviese decidido ha castigar con todo su poder la disidencia del gobernador Cordobés. ¿Acaso Cristina Fernández, Néstor Kirchner y todo el Gobierno están decididos a imponer su voluntad y subordinar a los díscolos cueste lo que cueste? ¿Fueron los disturbios de ayer apenas una muestra del país de los próximos meses? Esperemos que no.

martes, 29 de julio de 2008

Obsecuencia, extorsión y dádivas


La Sociedad Rural Argentina admitió que podría cancelarse la muestra anual si, como trascendió, el Gobierno Nacional decide retirar a los técnicos del Senasa del predio donde se realizará la muestra. Además algunos gobernadores decidieron o reducir la presencia de sus provincias en la exposición o, directamente, ausentarse en una clara, patética y vergonzosa muestra de obsecuencia con el Gobierno Nacional. Mientras tanto, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, enfrenta violentas protestas de los sindicatos aliados al kirchnerismo por su decisión de recortar las jubilaciones superiores a los 5 mil pesos. La medida fue tomada como consecuencia de la “demora” en el envío de fondos desde la Nación, en represalia por la posición a favor del campo por el mandatario provincial durante el conflicto por las retenciones móviles. Con esta medida extorsiva el Gobierno Nacional espera castigar la desobediencia del cordobés. Por otro lado, Cristina Kirchner anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley de movilidad previsional, que establece dos aumentos al año. Lo curioso es que este beneficio para los jubilados ya se los otorgó la Justicia en 2006 y, sin embargo, el Gobierno Nacional nunca cumplió. La jefa de Estado dijo la nueva norma permitirá "que la movilidad de los jubilados sea un derecho". En respuesta a esta afirmación, el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, advirtió que “la movilidad no es una dádiva, es un derecho constitucional de los jubilados, directamente dirigido a garantizar una vida digna de nuestros abuelos”. Así es este progresismo K, en el cual la obsecuencia y fidelidad, extorsión y justicia, o derechos y dádivas, pueden utilizarse indistintamente porque parecieran tener el mismo significado.

jueves, 24 de julio de 2008

De gallos, dinosaurios y otras yerbas


Martín Lousteau era considerado un joven economista brillante, con una destacada carrera y un gran carácter. Sin embargo, jamás fue respaldado por Néstor Kirchner de los grotescos atropellos de Guillermo Moreno. El ex presidente presenció esas disputas casi con regocijo, como el dueño de un viejo e invencible gallo de riña (Moreno), que destrozaba promisorios novatos. No se fue por ser el responsable directo de la creación de las retenciones móviles, sino porque no tuvo apoyo interno para seguir adelante. Así sucedió con muchos otros ministros o secretarios. El antecesor de Lousteau en el cargo, Miguel Peirano, se fue por la misma razón. Pero Kirchner tiene además otros gallos, menos ruidosos pero más peligrosos y poderosos. Ellos son, entre otros, Julio De Vido y Ricardo Jaime, quienes han resistido todos los escándalos y las crisis, como los casos Skanska, Valijagate o los injustificables subsidios a empresas de transporte. Hasta aquí, Alberto Fernández fue el único que buscó un poco de equilibrio de poder. Se inmoló en una disputa en la que fue privado de las herramientas (armas) para lograr una solución (victoria). Respetado o repudiado, fue quien dio la cara. El se fue y el sector más criticado del Gobierno, ese heredado por la Presidenta Cristina Fernández, seguirá. El núcleo duro K se mantiene indemne, incluso de la derrota en el Senado, porque quien más sufrió fue obviamente la Presidenta, que absurdamente se expuso en una batalla sobrevalorada. Sergio Massa es joven, emprendedor, inteligente y capaz. Sin embargo, esas características se han ido convirtiendo en una rareza entre los altos funcionarios del Gabinete Nacional. Quizás el diputado Fellner tenga razón en que Massa es una “brisa de aire fresco” para el Gobierno Nacional, pero si es así, seguro ya debe haber unos cuántos dinosaurios tratando de cerrar la ventana, y hermetizar -más aún- a la Casa Rosada.

martes, 22 de julio de 2008

Tiempo, sociedad y política


¿Por qué los Gobierno utilizan los cambios de ministros o secretarios después o en medio de alguna crisis? Simplemente porque, según las reglas de la política, ellos cumplen el rol de fusibles que la administración central decide quemar para evitar que los daños de una suba de tensión llegue al corazón del sistema, que es el Presidente de la Nación. Se renueva, se oxigena, para iniciar nuevas etapas que permitan descomprimir la situación en un sector determinado. Muchas veces esos ministros o secretarios no son apartados de la función pública, sino que simplemente son desplazados hacia otros lugares de menor exposición. Cuando se resiste el cambio, las situaciones ya tensas suelen volverse insostenibles hasta que simplemente estallan y, muchas veces, la onda expansiva afecta a quienes no deberían haber sufrido daño, en caso de haber tomado previsiones. Ayer, los trabajadores del Indec volvieron a reclamar la renuncia del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien sindican como responsable del ataque de una patota contra un local de ATE. Pero al parecer eso no sucederá, al menos por ahora. Esa estrategia, la de cerrarse sobre sí mismo fue la que dio excelentes resultados al ex Presidente Néstor Kirchner durante gran parte de su gestión, sobre todo en las primeras épocas. Pero… ¿es igual la situación nacional actual a la de 2003 o 2004? ¿Qué estaban dispuestos a tolerar los argentinos en esa época, con la desocupación por las nubes, con la economía apenas recuperándose, con la memoria fresca de los saqueos y la explosión social de 2001? La pérdida de apoyo popular en los últimos 4 meses no fue un llamado de atención suficientemente importante para, por lo menos, revisar algunos de los pasos dados hasta aquí. El kirchnerismo vive y gobierna como si el tiempo y la sociedad, fueran elementos estáticos. Evidentemente, no han logrado percibir la dinámica de los acontecimientos y ello terminará –si no lo hizo ya- por perjudicarlos gravemente.

miércoles, 16 de julio de 2008

Lanata, en el mejor momento

Jorge Lanata es el periodista más lúcido y con mayor sinceridad intelectual de este momento en la Argentina. Con su nuevo producto editorial, Crítica Digital (o Crítica Argentina), reedita el estilo que él mismo creó para el Página/12 original, no el panfleto K actual. En un artículo sobre las marchas paralelas oficialista y del Campo, y el nuevo lugar que han ocupado los antes críticos intelectuales de izquierda en la Argentina, desdramatiza y por fin, aclara algunas cosas sobre el real alcance del enfrentamiento. Antes, es aconsejable ver el video de Bombita Rodríguez, para comprender a fondo el artículo.

El País de Bombita Rodríguez


Por Jorge Lanata


Una parte de nuestro trabajo es entender lo que sucede. La otra, contarlo. Debo reconocer que no entiendo nada. No entiendo el tono apocalíptico de estos días, no entiendo la sensación de abismo, no entiendo por qué el Gobierno siente que en este aumento de retenciones se le va la vida. No entiendo el tono épico del oficialismo, que parece bajar desde la Sierra Maestra para liberar ¿a quién? Decisiones muchísimo más trascendentales en la vida argentina no han tenido ni la mitad de esta repercusión social: las leyes de impunidad, la reforma de la Constitución, las privatizaciones. Estamos discutiendo el monto de una alícuota. ¿Quién lo transformó en una cuestión de vida o muerte?

Hay un 30% de inflación, hay concentración insólita de la economía, hay uno de los funcionarios más sospechados del Gobierno a punto de renacionalizar una compañía aérea y seguimos hablando de las retenciones. El Gobierno compra voluntades, entrega aportes del Tesoro a diputados y senadores, arregla lo que sea con quien fuere para conseguir la mayoría en el Legislativo. ¿Está por repudiar los 170.000 millones de dólares de deuda externa? ¿Va a pedir que la transferencia de acciones de las empresas pague impuesto a las Ganancias? ¿Va a dejar de entregar subsidios a las empresas de transporte que brindan un pésimo servicio y se quedan con la diferencia? ¿Va a reducir el IVA y aumentar Ingresos Brutos o Bienes Personales?

¿Va a poner un impuesto a los plazos fijos, hoy exentos de impuesto a las Ganancias? No. Sólo piensa aumentar las retenciones al agro; no digo que el tema sea menor, pero... ¿por qué visto desde afuera da la impresión de que estamos discutiendo el comienzo del socialismo en la Argentina? Y si es así, ¿por qué tardamos cinco años en comenzar a hacerlo? ¿Qué parte del gobierno K va a llevarlo adelante? ¿Moyano? ¿Ishi? ¿Saadi? ¿D’Elía? He escuchado las sentencias más increíbles:

–Si el Gobierno pierde en el Senado, la estabilidad democrática está en riesgo.
¿Quién tomará el poder? ¿Darán un golpe por cinco puntos de retenciones? ¿Avanzará con las tropas el general De Angeli?
–No –dicen con ingenuidad los chicos de la Cámpora–, pero la derecha terminará fortalecida.

¿Cuál derecha? ¿La de las petroleras que apoyan a K?

¿La de las compañías testaferros que salieron a comprar empresas? ¿Las de la industria pesquera o minera? ¿Cristóbal López es un comandante sandinista? ¿Rudy Ulloa, su lugarteniente? ¿De Vido viene de trabajar en un koljos? ¿Felisa será Felisa Luxemburgo? Tuve, como todos, el mismo escozor ante la foto del campo con Barrionuevo. ¿La de Kirchner con Moyano es distinta? ¿Hay chorro bueno y chorro malo? ¿Qué tienen de distintos Reutemann y Scioli o Alperovich y De la Sota? ¿En qué momento Luis Juez, o Claudio Lozano o Víctor De Gennaro pasaron a ser parte de un complot golpista y Aldo Rico un demócrata que asesora al Frente para la Victoria en el Senado bonaerense? ¿Felipe Solá es un “traidor hijo de puta” por votar distinto? ¿Hay escrache bueno y escrache malo? Ver a Juan Cabandié, ex miembro de HIJOS, despotricar contra los escraches fue igual de desolador. También escuchar que estos escraches son violentos y los otros no. ¿Meterle el pie a Alemann o tirarle huevos a un milico eran sólo pasos de danza clásica? La lógica del escrache descansa en la idea del repudio social: es arbitraria y anónima, y muy susceptible de ser manipulada, pero es buena para todos o mala para todos. Que Kirchner sea admirado y escuchado por “intelectuales” es también una novedad. El trabajo académico e intelectual del Presidente, su aporte al mundo de las ideas, no parece haber superado la ejecución hipotecaria durante la 1.050. Ahora, sin embargo, un grupo de “intelectuales” –dentro de los cuales se encontraban muchos funcionarios del Gobierno– decide iluminarse con sus razonamientos, y le regala –como informó anteayer Página/12– una serie de aforismos. Horacio “Bombita Rodríguez” Verbitsky pareció divertirse con el juego, de modo que se nos ocurrió acercarle algunos otros:

“Si seguís con De Vido, Horacio, estás jodido.”
“El Perro con Rudy bien se lame.”
“De robo para la Corona a servir a la Reina.”
“Desde Ezeiza a Calafate Horacio banca el remate.”
“De los soldados de Perón a defender a Felisa fue HV sin cortapisas.”

Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero, personaje creado por Diego Capusotto, se ha transformado en un documental.

Acaso el humor sea la única manera de combatir al nuevo invitado que llegó para quedarse: el odio. Se discute con odio, se argumenta con odio, se pregunta con odio. Asistimos a la remake del término “gorilas”, como si el Gobierno fuera “peronista”. D’Elía llama “oligarca” a Fernando Peña y milita en un partido cuyo líder declaró, en blanco, unos cinco millones de dólares y acaba de construir un hotel en Calafate de 500 dólares por noche, eso sin hablar del gasto en carteras de Madame. El Gobierno habla de democratizar la democracia, pero espera tres meses de conflicto para llevar las retenciones al Congreso, y mientras tanto el secretario Guillermo “Poronga” Moreno trata de convencer a los golpes a los opositores (con la ayuda de su esposa y jefa de asesores). Me están contando una pelea que no es tal. Así como Kirchner supo, durante su primer gobierno, que no había nada mejor que pelearse contra enemigos imaginarios, propone ahora, en su segunda administración, abismos inexistentes.

¿Qué pasará si el Gobierno pierde en el Senado? Nada. Seguirá gobernando hasta completar su período, y ojalá le sirviera para sacudirse la soberbia que se vuelve cada día más violenta.

lunes, 14 de julio de 2008

El momento de mayor desunión


El gobierno en la plaza del Congreso y las entidades rurales en el Monumento a los Españoles encabezarán hoy los actos a favor y en contra de las retenciones móviles, en un marco de fuerte disputa por convocar a la mayor cantidad de simpatizantes e imponer sus posturas en la votación del Senado. Hoy, la Comisión de Enlace del campo resolvió diferir en una hora y media el inicio de su acto para facilitar la llegada de los grupos que viajan desde diferentes lugares del país. Así, el encuentro en contra de las retenciones comenzará a las 16.30. En tanto, el acto oficialista fue convocado para las 15 pero se espera que el ex presidente y titular del PJ, Néstor Kirchner, por ahora el único orador confirmado, comience a hablar en el escenario montado en las escalinatas del Congreso, entre las 16 y las 17. "Previo al acto, Kirchner visitará la carpa de Compromiso K, donde se preparó un salón vip y una sala de prensa", confirmó uno de los organizadores de la agrupación Compromiso K, Damián Barihoff. Según el dirigente, Kirchner "podría llegar a la carpa en cualquier momento, a partir de las 9 de la mañana" y en el acto estará acompañado "por todo el gobierno nacional", incluso, el dirigente no descartó la presencia de la presidenta Cristina Fernández al acto en el que esperan concentrar a unas "100 mil personas". Para despejar los temores de incidentes, los ruralistas se encargaron de distender el clima previo a la convocatoria. Así hoy, en Capital Federal, la Argentina mostrará que pasa el momento de mayor desunión desde el regreso de la democracia, en 1983. ¿Qué resultará de estos actos? Probablemente nada. Lo que sí quedará al descubierto será que en el momento de mayor bonanza económica desde los ochenta, una importante parte de la población ha decidido desperdiciarlo. Lo único positivo es que no habrán armas en el medio y, tarde o temprano, las urnas primero y luego la Historia, se encargarán de juzgar quien tenía razón.

domingo, 13 de julio de 2008

El árbol genealógico revolucionario


El sitio web del matutino Clarín, reveló el duro discurso del ex Presidente Néstor Kirchner, contra los representantes agropecuarios, durante una reunión con intelectuales que apoyan el proyecto K. El Presidente del Partido Justicialista dijo, del titular de Confederaciones Rurales (CRA), Mario Llambías, dijo que es "primo de (el ex ministro de Economía José Alfredo) Martínez de Hoz"; se refirió al titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, como "coronel"; habló de la mesa de enlace como "la junta de desenlace" (en evidente alusión a la Junta Militar de la dictadura) y sostuvo que hoy "el 80%" de los miembros de la Federación Agraria se dedican a la "renta sojera" y tienen intereses comunes con la Sociedad Rural, con la que históricamente estaban enfrentados. Además, sostuvo el matutino, Kirchner volvió a sostener que, a medidos de junio, el Gobierno tenía información de que querían destituir a la presidenta Cristina Fernández; intención que atribuyó al campo, grupos de derecha y algunos de los sectores que lideraban el peronismo en los '90. "¿Ustedes se imaginan qué hubiera pasado si en lugar de ser yo el presidente del PJ (Partido Justicialista) hubiera sido otro?", les preguntó a sus interlocutores. Ni la reunión, ni el tono del discurso del mandatario, ni las afirmaciones “ultra descalificadotas” sorprenden a quien a seguido paso a paso el conflicto con el campo y vio el endurecimiento del ex mandatario. Sin embargo, no dejan de preocupar. La estrategia de descalificar a cualquier disidente de la política oficial, para marginarlo y dejarlo sin posibilidades de emitir una opinión u oponerse, es una costumbre de los más oscuros y totalitarios gobiernos de la Historia, tanto nacional como mundial. Hay que tener mucho cuidado porque, hoy por hoy, no basta con defender la democracia, las instituciones y luchar por el bienestar de la Nación. Ahora también, para poder hablar, hay que tener un impecable árbol genealógico. Cualquier antecesor liberal o conservador, puede ser razón suficiente para quedar descalificado para opinar de política. Desde ese punto de vista, Ernesto “Che” Guevara debió haber aceptado su “destino oligárquico”, en vez de traicionar a su clase y ponerse a liberar a pueblos oprimidos.

viernes, 11 de julio de 2008

La verdadera esencia de la política K


En una columna publicada en el matutino Crítica de la Argentina, el economista y diputado Claudio Lozano afirma: “Guillermo Moreno estuvo en el Congreso defendiendo la famosa resolución 125. Afirmó, lo cual es absolutamente compartible, que las retenciones son un mecanismo que sirve para desacoplar los precios internos de los internacionales. Lo que no explicó, es porqué razón durante el 2007, aún con retenciones, los precios de los alimentos crecieron un 34%. La cuestión es clara. En el dispositivo Moreno (dispositivo cuestionado por el conflicto agropecuario) la estrategia ha sido pisar el precio de las materias primas (vía retenciones) para luego, con subsidios o regulaciones, terminar beneficiando a los principales frigoríficos, a los molineros, a los exportadores, a la industria de la alimentación, o a los hipermercados. Regulación que por ende termina postergando al productor y al consumidor, y que a su vez se invierte para el resto de la economía. Así, en lugar de disciplinar el precio de insumos tales como petróleo (Repsol), chapa-acero (Techint), cemento (Camargo Correa), aluminio (Aluar), químicos, etcétera, lo que se hace es validar su poder oligopólico para ajustar las clavijas en el resto de la cadena”. Lozano, un conocido militante de izquierda e histórico referente económico de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), lleva el discurso y el debate a donde realmente tendría que estar. Lozano quiere que se trate el mayor problema de los modelos económicos de los últimos años en la Argentina: las políticas contra la concentración y por la distribución de la riqueza. Esa es la cuestión. En la era K, ninguna de estas dos cuestiones han funcionado mejor que durante el menemismo, o los dos gobiernos radicales. Y eso es lo que hay que decir y repetir: el Gobierno Nacional, en toda la era K, nunca llevó a cabo políticas que contribuyan a la Justicia Social. El Gobierno K es a la luz de cualquier teoría progresista, un Gobierno reaccionario, de derecha.

jueves, 10 de julio de 2008

Las frases y las viejas malas costumbres


Los dirigentes agropecuarios se dieron cuenta que las protestan sirven. Que la presencia de manifestantes de uno u otro bando, incide definitivamente en los ánimos de los legisladores a la hora de votar. Incluso la prohibición de ingreso a muchos representantes agropecuarios a la Cámara de Diputados dio sus frutos. Las imágenes de la televisión fueron elocuentes. Felipe Solá fue vapuleado por críticas y acusaciones sobre su supuesta traición, y hasta tuvo que enfrentarse con un funcionario nacional. No fue fácil para el ex gobernador bonaerense mantener su posición contra el proyecto oficial con los legisladores ultra K cebados por su jefe y con el apoyo de cientos de manifestantes en las tribunas aprobando o desaprobando cualquier declaración, según los favorezca o no. Ahora los productores han reaccionado. Esperan realizar una multitudinaria marcha en Capital Federal y reinstalar la carpa de apoyo al campo frente al Congreso. Los sucesos de los últimos días han mostrado que las movilizaciones son útiles. Seguramente no es el ámbito en que desenvuelve con más soltura un productor, pero la realidad ha mostrado que el método más efectivo. “Hemos acordado un plan de acción y movilización desde mañana y hasta el miércoles”, dijo Buzzi. Paralelamente, anunció que se movilizarán el martes “porque es el día previo a la votación en el Senado y es donde hay que poner la presencia masiva de productores y ciudadanos”. Inclusive subrayó que la convocatoria será para expresar “la preocupación en el caso de que se ratifique el proyecto de ley que tiene media sanción y se rectifique el engendro de la resolución 125 como está concebida”. Los métodos K, sus abusos y el incumplimiento de los acuerdos, han hecho inevitables estas formas de presión. En el inicio de este Siglo XXI, las viejas malas costumbres, han vuelto a poner en vigencia una frase que signó a la pasada centuria: el que no llora no mama.

jueves, 3 de julio de 2008

Los favores y las convicciones


Pocas horas después de que el ex presidente Néstor Kirchner negara que haya existido una reunión entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, el máximo tribunal envió un escueto comunicado. "En virtud de numerosas consultas periodísticas recibidas con motivo de asuntos de conocimiento público, la Corte Suprema de Justicia de la Nación informa que la función institucional del Poder Judicial es ocuparse de las cuestiones de Estado y no intervenir en los debates políticos y, en caso de controversias, sólo opina a través de sus sentencias", señaló. Tras la publicación sobre la supuesta reunión, Kirchner había “insinuado” que el Presidente del Supremo Tribunal seguramente iba a desmentir el supuesto encuentro. Por otro lado, Julio Cobos consideró ayer que sería lamentable" que "el vicepresidente de la Nación, que tanta representatividad tiene como la Presidenta, deba pedir permiso o autorización para ejercer una función, sea protocolar o de opinión". Las afirmaciones del Presidente del Senado se produjeron después que todo el kircherismo le diera la espalda por haber intentado dialogar con gobernadores de todas las banderas políticas para solucionar el conflicto del campo. Mientras tanto Kirchner, les pidió ayer a los legisladores nacionales que “no se olviden de dónde vienen” a la hora de votar sobre las retenciones. Tanto Lorenzetti, como Cobos o los legisladores, seguramente necesitaron de la venia del actual presidente del Justicialismo para llegar al lugar en que se encuentran. Sin embargo, no podrían estar allí si no tuviesen la preparación o no hubiesen realizado mérito suficiente. Las sugerencias e insinuaciones del ex Presidente son un verdadero menosprecio a esas personas, ya que se espera de ellas que actúen según sus convicciones y no para devolver algún favor. Lo de Kirchner puede interpretarse, en el mejor de los casos, como una desubicación. En el peor, como un mensaje mafioso.

viernes, 27 de junio de 2008

De lo agresivo hasta lo irracional


Las declaraciones de Néstor Kirchner ya no son preocupantes por su agresividad, sino por su irracionalidad. “Con todo respeto por el General, él decía ‘todo en su medida y armoniosamente’, pero eso era en otro momento, lo dijo hace 34 años; ahora nosotros decimos a veces hay que hacer un país donde nos sintamos integrados a la rapidez que los tiempos indican”, dijo el Presidente del Partido Justicialista, durante una reunión con el gremio bancario. Más tarde, volvió sobre sus pasos para criticar al fundador del movimiento. “La frase, Perón la dijo en el 74, y después les fue mal a los trabajadores”, recordó Kirchner, quien despotrica contra la “oligarquía” como no lo había hecho nunca antes. En la reunión con la Bancaria, agregó que “es fundamental que la clase media sepa qué es lo que está pasando porque no es la oligarquía su aliado; la clase media está ligada a la clase trabajadora, juntas conforman la construcción del campo nacional”. En una crónica imperdible y reveladora, diario Crítica de la Argentina muestra paso a paso como, en los últimos cien días, el ex Presidente de la Nación, “setentizó” su discurso para recuperar la pasión que tuvo el movimiento, aunque no para continuar la obra del General Perón, sino para corregirla, superarla. “El traje de líder del pejotismo que se calzó Kirchner lo llevó a retornar a la ortodoxia. Pero, en privado, el ex presidente siempre se quejó de las actitudes del ‘viejo’. Por eso, no puede evitar la grandilocuencia. Parece convencido de que la historia será más generosa con él a la hora de juzgarlo”, asegura el diario porteño. Conocidas estas declaraciones, el Presidente de la Unión Cívica Radical, Gerardo Morales aseguró que "Kirchner está descontrolado, no está en sus cabales", y sostuvo que entre los mismos legisladores del Frente para la Victoria "ya hay mucha preocupación" por esta actitud.

¡Ya basta!


Hoy, el país sí está dividido en dos. Por un lado, están todos aquellos que reciben arbitrarios beneficios del Gobierno Nacional, generalmente en dinero, que van desde un plan social, pasando por cargos políticos, salarios exagerados para ciertas actividades, hasta millonarios subsidios. Este grupo es tan amplio que va desde piqueteros, pasando por Madres de Plaza de Mayo, hasta empresarios beneficiarios de los subsidios (por ejemplo, al transporte en Capital Federal). Del otro lado, a pesar de lo que intenta mostrar el Gobierno, no está la derecha reaccionaria, esa que añora el regreso de los militares. Están, fundamentalmente, aquellos que se cansaron de la soberbia, la prepotencia y la mentira, algo de lo que el Kirchnerismo ha hecho un estilo. Están los trabajadores que sufren día a día la inflación sobre sus salarios, y que ven cómo el Gobierno ni siquiera se ha tomado la delicadeza de explicarles qué es lo que se está haciendo para frenar la suba de los precios. ¿Acaso no son ellos (los gobernantes) nuestros representantes y tienen el deber de justificar y explicar sus actos?. Están también en el segundo grupo, todos los pequeños y medianos empresarios que, pese a sufrir persecuciones fiscales e inmensas subas en los impuestos, son responsabilizados por el aumento en los precios. Además hay gente que simplemente no cree en las apocalípticas palabras de Kirchner, que está convencida de que el ex Presidente actúa irresponsable y falazmente como consecuencia de su soberbia, provocando un gravísimo daño a todo el país, pero más que nada a los sectores más desprotegidos que él dice defender. Y hay mucha otra gente, de izquierda o de derecha, que simplemente le dice a la arrogancia kirchnerista: ¡Ya basta!.

jueves, 26 de junio de 2008

La historia de una foto


Kevin Carter ganó el premio Pulitzer por esta foto. La historia de él y la imagen es famosa, aunque no para todos. Por eso, la recomiendo. Aquí está narrada por otro fotógrafo, John Carlin.

lunes, 23 de junio de 2008

Una visión crítica para avanzar


Una serie de artículos sobre la actuación del kirchnerismo durante el paro del campo han provocado, por primera vez desde que llegó al poder, una verdadera discusión sobre los logros y las deudas de ésta y la pasada administración. Lo más importante es que estos textos fueron escritos por hombres que confiaron, si no adhirieron plenamente, en el Gobierno Nacional. Lo más importante aquí es que la discusión no se vea como intento de derrocamiento de la Presidenta, sino para la crítica constructiva a quienes hoy ocupan el poder o para avanzar hacia un Gobierno que salde las deudas de éste sin retroceder en los logros, tanto sociales como en los derechos humanos. Para quienes como yo se han identificado con este Gobierno en algún momento, es importante mantener una mirada objetiva sobre las últimas actitudes, así como una gran honestidad intelectual. Estos artículos pertenecen al diputado Miguel Bonasso (muy cercano al ex Presidente Kirchner), a Horacio Verbitsky (del ultraoficialista Página/12) y Alfredo Leuco, alguien que no se confesó admirador del ex Presidente aunque sus antiguos pronunciamientos lo ubican cerca del Presidente del Partido Justicialista.

Una nueva etapa de los representantes

Así como se inicia en el Congreso el debate sobre el esquema de retenciones a las exportaciones que provocó la parálisis nacional durante más de cien días, también empezará la feria parlamentaria para canjear apoyos al proyecto oficial por leyes que reclaman algunos de los legisladores que buscan llevar programas productivos para sus provincias. La permuta de votos será por incentivos para la producción de olivares, vino, tabaco, frutas y otras yerbas. El plan canje le podría costar al fisco más de 450 millones de pesos, según el diario porteño Crítica Argentina, que además dijo que el apoyo del algunas provincias al proyecto oficial, funcionará con una condición: que se permitan algunos cambios en la iniciativa del Gobierno, como por ejemplo la exclusión de los pequeños productores del alcance de las retenciones móviles. ¿Hay algo de malo en esto? Por supuesto que no, ya que así es el debate en la democracia y así se “negocian”, permutan o directamente se cede, tanto principios como dinero. “Si nos dan algunas cosas que reclama el productor mendocino, el asunto cambia”, le admitió a ese diario el diputado de Godoy Cruz, Enrique Thomas. Durante todo el fin de semana, Thomas se ocupó de acordar con las cámaras de empresarios agropecuarios de su provincia algunos proyectos que expondrá. En caso de que la sostenga, esa es una posición absolutamente honesta y prevista en las reglas de juego. Así es son las reglas de la democracia y por ello a los legisladores se los llama “representantes” de un sector de la ciudadanía. Esta nueva etapa será muy positiva para la representatividad tanto de diputados como de senadores, ya que por primera vez desde la debacle de 2001, tendrán la posibilidad de ser escuchados y debatir sin que exista la presión de que “la supuesta emergencia” por la que atravesaba la Nación, haga necesaria un ejercicio de la autoridad abusivo y extorsivo.

jueves, 19 de junio de 2008

Argentina después del conflicto

En una nota publicada en el sitio web del diario Perfil se enumeran 10 razones por la cuales el conflicto con el campo ha sido positivo. La publicación asegura, entre otras cosas, que “hasta el conflicto, el kirchnerismo era hegemómico y en el futuro sólo aparecía una sucesión infinita de "pingüinos". Eso cambió, tanto que las elecciones legislativas del próximo año ya no se piensan como un paseo del oficialismo”. Además dice que “la presión del campo y de sectores medios de las grandes ciudades obligó a la presidenta Cristina Kirchner a dar marcha atrás con la resolución sobre las retenciones móviles, que ahora será debatida en el Congreso”. En el tercer punto Perfil dice: “Si el gobierno aprende la lección (la necesidad tiene cara de hereje también en política), Cristina será menos arbitraria que su marido y estará más preocupada por la mejorar la calidad institucional”. Más adelante, asegura que “la reaparición en escena del Congreso es dato muy importante. Ahí están representados el pueblo (diputados) y las provincias (el Senado). Era lo que pedía el campo, si bien las entidades de los productores imaginaban un debate más abierto y no tan sujeto del proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo. En esta síntesis, puede vislumbrarse lo que para la mayoría de los analistas será el país en los próximos meses con la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Ante los ojos de la opinión pública, el mayor beneficio del conflicto es el fin de una forma autoritaria de gobernar, basada en el descrédito de cualquier opinión mínimamente disidente. Hay que ser optimistas y valorar las pequeñas ganancias de las grandes pérdidas… Pero: ¿Tenían que ser tan grandes las pérdidas?

miércoles, 18 de junio de 2008

Una posible chicana que agrava el clima

En el día después del anuncio de Cristina Kirchner sobre el envío de un proyecto de ley para ratificar la polémica suba a las retenciones, se profundizaba el debate sobre el alcance que tendrá la medida oficial. El Gobierno salió a destacar el "gesto" presidencial de enviar al Congreso la suba de retenciones, al tiempo que no ceden las dudas desde diversos sectores sobre el impacto real de la decisión. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, salió al cruce de las críticas por las dudas que siembra la imposibilidad de introducir modificaciones. El proyecto de ley repite el contenido de la resolución que impuso las retenciones móviles y sólo dejaría lugar a que los legisladores expresen su acuerdo o su rechazo. Y las dudas no sólo fueron planteadas desde la oposición. Daniel Katz, el jefe del bloque de diputados radicales K, sostuvo que “no es posible que se trate en términos de ratifique o se rechace”. El legislador consideró que las retenciones son una herramienta válida, pero aclaró que no está de acuerdo con el esquema tal cual está ahora. Esa es la cuestión fundamental: que los representantes del pueblo puedan debatir la adecuada alícuota de las retenciones así como la distribución de los fondos. Pese a que el Gobierno insiste en que sus intenciones son redistribuir la riqueza mientras el sector agropecuario sólo pretende la concentración, hasta aquí (el Gobierno) no admitió un verdadero debate público –y no entre gallos y medianoche- que le permita fundamentar y mostrar que distribuirán racionalmente esos recursos. Pero la cuestión es más grave aún, porque la Presidenta prometió en cadena nacional, ante los ojos de todo el país que, para solucionar el conflicto que afecta “a las instituciones” iba a utilizar “más democracia”. Sin embargo, hasta aquí parece que simplemente apeló a una “chicana”, algo que puede permitírsele a un ministro o un legislador, pero de ninguna forma a la Presidenta de la Nación en un discurso a sus representados.

Dos imágenes de la tarde de ayer


Dos imágenes quedaron de la tarde de ayer. La primera fue la de Néstor Kirchner. Soberbio, arbitrario, sarcástico, irrespetuoso, prepotente, cuyas palabras se dirigieron fundamentalmente al menosprecio de las protestas contra la actitud inflexible del Gobierno Nacional, de la cual, el es uno de los mayores responsables. La segunda fue la de Cristina Fernández de Kirchner, la Presidenta de la Nación elegida por los argentinos. Dio un discurso con los ingredientes ya tradicionales, aunque en un momento dejó de lado la prepotencia que ha caracterizado a la mayoría de los integrantes de su Gobierno, para admitir implícitamente que las protestas del lunes por la noche fueron un punto de inflexión en su actitud, que no se le “caen los anillos” por pedir perdón. Por eso, había decidido enviar al Congreso de la Nación para que sean debatidas las retenciones móviles a la exportación de granos. Lo hizo tarde para ella porque su imagen sufrió una erosión que será difícil de revertir y porque muchos argentinos sufrieron no sólo desgaste en sus ánimos, sino vieron afectados sus bolsillos por una parálisis absolutamente innecesaria. Y todo era tan simple como eso. La democracia argentina se ha fortalecido enormemente en los últimos años. Paradójicamente, los aberrantes sucesos durante la ausencia de la institucionalidad han contribuido a su fortalecimiento y, probablemente, esa es una de las pocas cosas en que los argentinos (por lo menos públicamente) estén de acuerdo: aunque imperfecta, la democracia es el mejor de los sistemas. Contra las promesas mesiánicas, la voluntad popular. Contra el abuso de poder, la institucionalidad. Contra la injusticia, la justicia. En una medición de popularidad antes y después del discurso, seguramente la actitud sincera y humilde le habrá dado buenos resultados a Cristina. Hoy, en el acto de Plaza de Mayo, deberá tener cuidado de no deshacer lo que hizo bien, y mantenerse lejos algunos personajes que ningún argentino quiere cerca de quien gobierna la Argentina.

domingo, 15 de junio de 2008

Las peligrosas palabras de D’Elía

El líder de la Federación Tierra y Vivienda, Luis D'Elía, aseguró en la tarde de ayer que existen "desestabilizadores" del gobierno de Cristina Fernández y criticó a quienes pretenden 'Delarruizar'" a la Presidenta. "Aquellos que crean que pueden 'Delarruizar' a Cristina se equivocan. No va a haber golpe de estado, hay un pueblo entero organizado y movilizado que no va a permitir que haya golpe", dijo D'Elía en diálogo con radio América. En este sentido, señaló que el gobierno de Cristina "está en peligro desde el 25 de marzo en que los desestabilizadores están trabajando para golpear y para crear una realidad virtual". "Algunos medios nos están queriendo vender una realidad virtual. El gobierno ya llegó a una decisión con las retenciones móviles y de ahí no se va a mover", agregó. Tras confirmar la marcha del miércoles en apoyo al Gobierno, D'Elía precisó que "hay desestabilizadores políticos y económicos. Duhalde es el más claro de todos los conspiradores que trae mucha movida de inteligencia". "Detrás del aparato de los medios está Duhalde y los idiotas útiles de siempre como Carrió, Stolbizer, (el titular de la UCR) Gerardo Morales, de izquierda boba que siempre termina siendo funcional a los intereses más reaccionarios de la derecha", acusó. Nadie como Luis D’Elía, para complicar lo que salía bien. Sin quererlo, el piquetero ridiculizó a la Presidenta porque consideró implícitamente que Cristina podría terminar como el ex mandatario radical, consideró que hay posibilidades de que una operación de prensa para identificarla con De la Rúa tenga éxito si no estuvieran ellos (los militantes movilizados) para defenderla. ¿Acaso la Presidenta tiene las limitaciones de De la Rúa para gobernar? No porque Cristina no es De la Rúa, pero tampoco es Evita, ni Kirchner, Perón. Un punto que ellos mismos deben tener en cuenta.

viernes, 13 de junio de 2008

Ser de izquierda

Cuando se habla de política en la Argentina, se subestima la superestructura de quienes se educaron en la izquierda. Se subestima la gravedad del universo simbólico de quienes pertenecieron a grupos de militancia política, sobre todo en los años 70. Jorge Lanata es uno de los más lúcidos y comprometidos periodistas de la Argentina. Sin embargo, esa lucidez, esa independencia, esa libertad, que puede servirle para ser el más imparcial y el más cruel de los comunicadores nacionales, no le sirve para analizar ni cuestionar los límites de su educación ideológica. Sino, solamente hay que leer su larga y esforzada columna titulada “Que el azar no sea el que premie”, en donde Lanata hace una profunda fundamentación para justificar lo que para la mayoría es obvio: Quien trabaja más y se esfuerza más, debe recibir una compensación mayor por su labor. Pero este no es un error o una deformación de la educación de izquierda en la Argentina. En realidad, la educación de izquierda en la Argentina es una deformación de la educación de izquierda universal. En una adaptación que a la que se le fue agregando, convenientemente, condimentos que permitan a las corporaciones burocráticas nacionales mantener sus vicios. Pueden ir a buscar todos los textos que fundaron la izquierda política, o a textos modernos, pueden ir a lo más profundo de Marx y no hallarán allí un solo motivo que justifique que, las personas que se esfuerzan por hacer bien su trabajo y son más eficientes deban ganar lo mismo que quienes hacen exactamente lo contrario.

miércoles, 11 de junio de 2008

Como en el barrio

El periodista Jorge Lanata le respondió a José Jorge Alperovich y le contó como se conoce a la gente como él (el gobernador), en su barrio.

martes, 10 de junio de 2008

Perro no come perro

Para quienes circularon por las redacciones, saben que esa frase ("perro no come perro") exhorta a evitar los choques con quienes tienen otros medios de prensa o pertenecen a ellos. Ayer, esa regla se respetó a medias.
Anteayer, como se pudo leer en este blog, el diario Crítica de Jorge Lanata publicó un informe sobre la alteración de los índices de mortalidad infantil en el país y puso como ejemplo a Tucumán. Ayer, este matutino porteño publicó la respuesta política y judicial del gobernador José Alperovich. Pero la información fue levantada del diario La Gaceta. Sin embargo, y curiosa o sospechosamente, el matutino tucumano quitó de su portal las declaraciones del mandatario. Pero, para no quedar en el aire, el diario de Lanata aclaró que La Gaceta lo había publicado para después levantarlo sin razón aparente. La cosa no quedó allí y más tarde, en el sitio web del matutino tucumano pudo leerse una respuesta implítica a la nota de Crítica. Allí se publicó que la información sobre la alteración de los números sobre la mortalidad infantil fue levantada de una vieja denuncia realizada en La Gaceta. Así, las cosas quedaron a mano.
Es sólo una anécdota, pero vale la pena destacarla.