lunes, 9 de junio de 2008

Un efectivo golpe de efecto

La presidenta Cristina Kirchner anunció la creación del programa de redistribución social que tendrá como objetivo la construcción de hospitales públicos y centros de salud, la construcción de viviendas urbanas y la mejora de caminos rurales. Para financiar el nuevo plan se utilizarán las retenciones a la soja que superen el 35 por ciento. Con fuertes criticas al campo, la jefa del Estado ratificó que las retenciones móviles no se tocan. “La medida tuvo por objeto dos cuestiones. Por un lado, generar la soberanía alimentaria para todos los argentinos. Los argentinos no comemos soja. El 95% se exporta. Y en segundo termino, la distribución del ingreso. Que aquellos sectores que mayor rentabilidad tienen, por el modelo económico que impulsó el Gobierno, aporten más”. El decreto 904/08 da forma a la creación del programa de redistribución social, en el que se establece que el 60 por ciento de lo recaudado será dirigido a la construcción de hospitales públicos y centros de salud, el 20% a viviendas populares y el 20% a caminos rurales. Al respecto, la Presidenta señaló que parte del diferencial entre los 35 puntos porcentuales y la tasa que se llegue a cobrar, se destinará a la construcción de "por lo menos 30 hospitales y más de 300 centros de atención primaria para la salud". Ese fue el corazón de un paquete de medidas cuyos pormenores no inciden en el máximo problema que afronta la Presidenta. Fue una hábil jugada que apuntó directamente a las críticas que se le hicieron en los últimos noventa días al Gobierno Nacional: la real distribución de la recaudación en concepto de retenciones al agro. Los vicios seguirán, el dinero se repartirá discrecionalmente entre “alineados” como hasta ahora, pero eso a la opinión pública no le importó antes ni le importará ahora. La cuestión fundamental es que el Gobierno asestó un golpe de efecto que podría ser letal para el apoyo popular al paro del campo, una protesta cuya imagen se ha visto desgastada no por su irracionalidad o virulencia, sino por su duración.

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