domingo, 5 de abril de 2009

Alfonsín jubilado

Con la muerte de Raúl Alfonsín, se ha puesto el énfasis en la pérdida del mayor defensor de la democracia argentina, una institución que evidentemente no gozó ni del respeto ni de la popularidad que sí tiene en otros países con mayor desarrollo democrático. Al día de hoy, a 25 años de la asunción del caudillo radical y con las urnas en los cuartos oscuros, y no “guardadas” como ironizó algún presidente de facto con la obsecuente complicidad de algún periodista estrella de ese momento, las nuevas generaciones no pueden comprender completamente el cambio radical que se produjo en la concepción nacional de la política y el poder. Antes de 1983, y durante un tiempo después -no muy corto- en que aún ciertas concepciones ideológicas mantenían su popularidad, era común que algún comensal de una mesa de café se pronunciara contra la democracia sin que esta apreciación haya sido considerada descabellada o dentro de las formas. Y ojo: ese comensal no necesariamente tenía que pertenecer a la derecha ideológica, porque detractores de la democracia los hubo en la mayor parte del espectro político nacional. Hoy, pase lo que pase, la sociedad argentina ha internalizado la necesidad de que sea la voluntad popular la que se pronuncie siempre, en última instancia, sobre cuál debe ser el destino de la Nación. ¿Y cómo se ha llegado a este punto, sobre todo en un país donde la pasión es una gracia mucho más apreciada que la racionalidad o el esfuerzo individual? Ese sea quizás, y hay que ponerle énfasis, el patrimonio más admirable de Raúl Alfonsín: su militancia. Probablemente haya perdido muchas más elecciones de las que ganó, y sin embargo nunca se dio por vencido. Supo que la Patria no se construye de un día para el otro, y sólo desde el lugar de máximo poder, sino que es un proceso lento y hay que seguir las convicciones desde el lugar que cada uno ocupe. Así lo hizo cuando fue Presidente, pero también siempre que quisieron –en vano- marginarlo de la toma de decisiones. Por eso, como dijo algún diario en alguna columna de las miles que se publicaron sobre la muerte del ex Presidente, recién el martes, con su muerte, Raúl Alfonsín se jubiló.

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