jueves, 10 de julio de 2008

Las frases y las viejas malas costumbres


Los dirigentes agropecuarios se dieron cuenta que las protestan sirven. Que la presencia de manifestantes de uno u otro bando, incide definitivamente en los ánimos de los legisladores a la hora de votar. Incluso la prohibición de ingreso a muchos representantes agropecuarios a la Cámara de Diputados dio sus frutos. Las imágenes de la televisión fueron elocuentes. Felipe Solá fue vapuleado por críticas y acusaciones sobre su supuesta traición, y hasta tuvo que enfrentarse con un funcionario nacional. No fue fácil para el ex gobernador bonaerense mantener su posición contra el proyecto oficial con los legisladores ultra K cebados por su jefe y con el apoyo de cientos de manifestantes en las tribunas aprobando o desaprobando cualquier declaración, según los favorezca o no. Ahora los productores han reaccionado. Esperan realizar una multitudinaria marcha en Capital Federal y reinstalar la carpa de apoyo al campo frente al Congreso. Los sucesos de los últimos días han mostrado que las movilizaciones son útiles. Seguramente no es el ámbito en que desenvuelve con más soltura un productor, pero la realidad ha mostrado que el método más efectivo. “Hemos acordado un plan de acción y movilización desde mañana y hasta el miércoles”, dijo Buzzi. Paralelamente, anunció que se movilizarán el martes “porque es el día previo a la votación en el Senado y es donde hay que poner la presencia masiva de productores y ciudadanos”. Inclusive subrayó que la convocatoria será para expresar “la preocupación en el caso de que se ratifique el proyecto de ley que tiene media sanción y se rectifique el engendro de la resolución 125 como está concebida”. Los métodos K, sus abusos y el incumplimiento de los acuerdos, han hecho inevitables estas formas de presión. En el inicio de este Siglo XXI, las viejas malas costumbres, han vuelto a poner en vigencia una frase que signó a la pasada centuria: el que no llora no mama.

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