martes, 22 de julio de 2008

Tiempo, sociedad y política


¿Por qué los Gobierno utilizan los cambios de ministros o secretarios después o en medio de alguna crisis? Simplemente porque, según las reglas de la política, ellos cumplen el rol de fusibles que la administración central decide quemar para evitar que los daños de una suba de tensión llegue al corazón del sistema, que es el Presidente de la Nación. Se renueva, se oxigena, para iniciar nuevas etapas que permitan descomprimir la situación en un sector determinado. Muchas veces esos ministros o secretarios no son apartados de la función pública, sino que simplemente son desplazados hacia otros lugares de menor exposición. Cuando se resiste el cambio, las situaciones ya tensas suelen volverse insostenibles hasta que simplemente estallan y, muchas veces, la onda expansiva afecta a quienes no deberían haber sufrido daño, en caso de haber tomado previsiones. Ayer, los trabajadores del Indec volvieron a reclamar la renuncia del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a quien sindican como responsable del ataque de una patota contra un local de ATE. Pero al parecer eso no sucederá, al menos por ahora. Esa estrategia, la de cerrarse sobre sí mismo fue la que dio excelentes resultados al ex Presidente Néstor Kirchner durante gran parte de su gestión, sobre todo en las primeras épocas. Pero… ¿es igual la situación nacional actual a la de 2003 o 2004? ¿Qué estaban dispuestos a tolerar los argentinos en esa época, con la desocupación por las nubes, con la economía apenas recuperándose, con la memoria fresca de los saqueos y la explosión social de 2001? La pérdida de apoyo popular en los últimos 4 meses no fue un llamado de atención suficientemente importante para, por lo menos, revisar algunos de los pasos dados hasta aquí. El kirchnerismo vive y gobierna como si el tiempo y la sociedad, fueran elementos estáticos. Evidentemente, no han logrado percibir la dinámica de los acontecimientos y ello terminará –si no lo hizo ya- por perjudicarlos gravemente.

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